31 de Julio 2004

Dialógos

- Después de todo, todo...ha sido nada -dije.

- Después de nada...siempre tú -me dijo.

Escrito por Atlanthis 2:50 PM | Comentarios (0)

26 de Julio 2004

Cosas que nunca te dije (historia)

- ¿Qué estas buscando?
Jamás olvidé su cara, en aquella penumbra, en aquel dormitorio que no era mío, desnudas ambas. Me miraba serenamente, sin juzgarme. Su rostro desvelaba verdadera curiosidad, una curiosidad mezclada con extrañeza y tranquilidad.

Era unos nueve años mayor que yo, la había conocido esa misma noche en un pub al que entré con la intención de terminar todo el alcohol que pudieran servirme. Cuando entré ella estaba en un extremo de la barra, bebiendo algo que parecía Ballantine's con cola. Vestía un vestido negro liso, ajustado, el pelo intensamente negro y largo le caía por los hombros recogido, parecía la típica mujer que ya lo ha probado todo y repasa sus victoras ante un cubalibre esperando a la próxima víctima que añadir a su caza. Era delgada, guapa. Nada más entrar me miró. Una chica rondando los veintipocos apareciendo por la puerta de un pub oscuro, llevando unos vaqueros negros ajustados, una camiseta que no se distinguía bien vista a tan poca luz y una chaqueta vaquera abierta encima, con el pelo también negro pero más corto, suelto.
Me senté al lado de un tipo que le metía mano a la que presumiblemente sería su novia por debajo de la falda, mientras ella le mordía el cuello con agonía. Pedí a la camarera un Bacardi solo. La música estaba rabiosamente fuerte, como ocurre en esos lugares.

Después de unos cuantos sorbos la volví a mirar y me dí cuenta de que ella también me estaba mirando. Por su expresión llevaba todo el tiempo haciéndolo. Creí más apropiado para mi estado de ánimo seguir concentrándome en mi vaso, pensando que me atraía, que tenía que beber lo bastante para olvidarlo todo y lo suficiente para saber regresar a la habitación de hostal que había alquilado en un ciudad en la que ya había estado más veces.
Nunca hasta entonces había visto a aquella mujer.

Cuando pedí el segundo de lo mismo, ella apareció de repente entre la pareja y yo, colocándose a mi lado en un taburete vacío en el que yo no había reparado. Me gustaba sentarme en las esquinas de los sitios, que era dónde yo estaba. Le dijo a la camarera que le pusiera lo mismo que a mí. El vaso tenía gotas heladas de vapor de agua resbalando por su contorno, los cubitos de hielo reflejaban el color del ron. Seguía mirandome con cara interesada mientras deslizaba una uña pintada de rojo por el cristal húmedo, y yo levantaba la vista de la barra.
- ¿No es una bebida demasiado fuerte? -me preguntó.
- Es adecuada -respondí.
Sonrió y bebió un trago, sin apartar sus ojos de los míos. Yo empezaba a sentir calor por el efecto del alcohol, sentía como la nuca me transpiraba ligeramente, y la mano derecha que utilizaba para seguir bebiendo me temblaba ligeramente torpe.
- ¿Adecuada para qué? -insistió.
- Adecuada para alguien como yo en una noche como ésta.

Realmente era una noche adecuada para casi cualquier cosa; la ciudad, de costa, también lo era.
La vista se me resbalaba por su cuello, despertando en mí un intenso instinto de clavarle con el impulso exacto lo dientes y morderle, por sus labios, que hipnotizaban a mi visión clara y borrosa.
- Ponnos otra -pidió al camarero.
- ¿Qué era? -inquirió éste.
- J&B con cola -cambié yo.
Ella enarcó una ceja sarcástica. Nos habíamos tomado ya unos dos Bacardi más.
- ¿Vives aquí? nunca te había visto -le pregunté.
- En el casco antiguo del pueblo ¿lo conoces?
- Sí
- Calle Gato número 17
- ¿Es una casa? -sugerí, confundidos ya en mi cabeza los recuerdos de esa zona.
- Sí
Tenía una voz con la que perfectamente se podría haber dedicado a ser locutora de radio; aunque bien mirado, tampoco sabía si lo era.
- Parece que has venido mucho por aquí -dijo.
- No tienes forma de saberlo, igual que yo no la tenía de saber donde vives, aunque ahora ya lo sé -y sonreí al decir ésto último.
- Se te nota en la mirada. No tienes pinta de turista. Miras como quien conoce perfectamente el camino al infierno y se dirige de cabeza a él.
- ¿Y tú eres la demonio que vela en las puertas, como San Pedro?
- Jajjajja -río- podría decirse así. ¿Lo estás haciendo?
- ¿El qué?
- Lanzarte a la boca del infierno esta noche
- ¿Lo parece?
- Sí
- Entonces seguramente lo esté haciendo -y bebí una buena cantidad del vaso.
No me dejó volver a ponerlo en la barra, lo cogío con una de sus largas manos y esa sonrisa sarcástica y lo terminó ella a excepción de dos dedos, dejándolo a un lado cerca suyo.
- Antes tenías los ojos marrones, ahora los tienes verdes
- Es el alcohol -contesté.
- ¿Sólo el alcohol?
Me hizo sentir ligeramente incómoda con esa pregunta. Volví la cabeza hacia las puertas de cristal del garito, desde donde se veía la oscuridad del puerto y el mar haciendo espuma.
- No
Entonces apoyó una de sus manos en mi hombro y me siguió mirando, sentía sus pupilas fijas en mi nuca, volviéndolas quizás en algún momento también al mar, hasta que yo volví la cara y nos volvimos a encontrar, sin quitarla.
- No lo hagas esta noche
Me sorprendió su seriedad.
- ¿Porqué?
Había recorrido 200km para pasar la madrugada en esa ciudad y emborracharme lo suficiente para no recordar nada del vacío que era mi vida; vacío por mí, por mis decisiones, y por una mujer que ya no estaba.
- Por nada. Porque te da igual esta noche que otra, ella no volverá ni hoy ni mañana ni pasado.
Tragué saliva. De pronto se me aclaró la vista y miré por primera vez yo en aquella noche fijamente a aquella mujer. Era todo tan irreal.
- ¿Cóm...?
- ¿Cómo puedo saberlo? -no me dejó terminar- cariño, lo dice cada palabra que pronuncias por la boca, lo transpira cada centímetro de tu piel, se ve en casi cada gesto que haces. ¿Qué iba a hacer si no una chica como tú sola en un pueblo de ambiente de copas como éste?
- Vámonos a tu casa
Se lo dije mirándola fijamente a los ojos aún.


Su casa era amplia, con la fachada blanca y balcones, en la típica calle de pueblo con empedrado y gatos subiéndose a los cubos de basura, sin un alma que molestarlos en la calle. Fué una suerte que viviera en la parte antigua, lo demás eran todo construcciones y bares de copas, discotecas destinados al turismo, imitación al marbellí o al de benicassim.
Subí las escaleras que daban a los dormitorios apoyada en ella, mientras me cogía con un brazo alrededor de mi cintura para sostenernos mejor, sin dejar de darme cuenta de los muebles sencillos de madera que habitaban la amplia estancia que imaginé haría de salón y la chimenea con cenizas apagadas y un tronco semi consumido.

Recordé no sé porqué canciones de Ismael Serrano. Canciones como Sin ti a mi lado o Déjate convencer. Dejé que me quitara la chaqueta y me tumbara bocarriba en la cama. A la derecha había una ventana abierta con la persiana enrollada por la que se colaba la luz de la luna y el canto de los grillos que tanto me gustaba escuchar en noches limpias como aquella. También se respiraba un fragante aroma a un Galán de Noche distante. Estando así, mientras se quitaba ella los tacones (yo todavía tenía puestas las botas de haber venido en moto), recordé que a Ella (la llamaré en mayúscula para distinguirla de Alicia que era como se llamaba la mujer que me tenía en su cama, mirándola despojarse de los pendientes y soltarse el pelo) no le gustaba hacer el amor con la ventana de par en par por si sobrenaturales, los vecinos nos veían. Solía tener que inventarme mil maneras de buscar un lugar donde eso no pasara, o echar la persiana, o...y solía sentirme incómoda, porque consideraba (y considero)que le quitaba mucha espontaneidad al asunto. Sin embargo la había amado. Tal y como era. La había amado mucho y ahora volvía a pensar en ella mientras otra mujer con infinitamente más experiencia de la vida seguro, aún siendo Ella mayor que yo asimismo, se tumbaba en su cama al lado mío, acariciándome la ceja que yo no dejaba insistentemente de acariciarme, como en un tic, apartándome la mano. Eso significaba que la seguía amando, y que el tiempo pasado, era sólo eso, un tiempo verbal al que me era más cómodo dadas las circunstancias referirme.
A veces gustaría poder decir aquello que cantaba Antonio Orozco, no me dejes que despierte de este sueño aunque todo sea mentira. Pero precisamente porque tú a Ella sí la amabas, no podías...decírselo.

Hicimos el amor repetidas veces. Aunque no me acaba de gustar utilizar ese término en circunstancias como éstas, porque no se aplica verdaderamente al sentido de su significado. Pero tampoco follamos, dicho en un lenguaje más vulgar; yo quería emborracharme y ella seguramente habría pasado la noche sola en esa casa recordando pasadas noches de pasión. Puede que nos necesitáramos mutuamente.

- ¿Qué estás buscando?
Estaba apoyada sobre un codo, del lado de la ventana, con la cabeza apoyada en la mano observándome. Su expresión era la de una persona que está incondicionalmente contigo en ese momento, sin tratar de cambiarte, sin querer retenerte ni tan siquiera pugnando por entenderte (tal vez porque ya lo hacía, tal vez no), simplemente ofreciéndote su calor y su ayuda desinteresadamente. Y sus preguntas, porque todos las tenemos.
Miré por la ventana por encima de su cuerpo. Se veían las hojas de un árbol, moverse un poco con la brisa.
- Lo que queda de mí -retomé su mirada con la mía.
- Sin ella
- Sí
Hubo un silencio.
- ¿Y has encontrado algo?
- ¿Esta noche?
- Sí
No tuve que pensarlo demasiado.
- He encontrado menos soledad
- Has dicho su nombre, antes.
- Lo sé -lo sabía, de alguna forma incosciente.
- ¿Es de aquí? -preguntó.
- No, es de la ciudad de al lado
- ¿Te gustaba?
- Mucho
Me volvía ausente de mí, de aquella mujer, por momentos. Recordaba lo que hasta hace poco había sido mi vida, en todos los sentidos.
- No la vas a encontrar en una botella de Bacardi, no la busques ahí
- No la puedo encontrar en ningún otro lugar, a no ser que ella me encuentre a mí antes
- No te estás buscando a tí -dijo- tú no necesitas buscarte, tú estás aquí, conmigo ahora, y mañana me habrás olvidado, la estás buscando a ella.
Tenía razón.
- La estás buscando porque tú sigues siendo la misma, pero ella no; tú sigues queriéndola a pesar de lo que haya podido pasaros, algo que no te voy a preguntar porque no me interesa, pero ella no, o tú así lo piensas, o así te lo ha demostrado. La estás buscando en un antro al que vamos gente como yo que hace tiempo que dejamos de creer en nadie, para ver si se te contagia. La estás buscando en la maldad que no tienes pero que te gustaría tener a su lado, porque todos necesitamos el misterio. La estás buscando porque no te estás parando a vivir la vida sin ella, y prefieres ahogarla en un alcohol que nunca te va a ser suficiente. Y lo que no sabes es que la vida a ella no le va a pedir cuentas que tu vayas a ver, pero a tí sí, por haber dejado de vivirla.
- ....... -no podía hablar.
- Preciosa, ni yo ni otras como yo van a hacer que la olvides, que estés conforme.

No me eché a llorar, aunque podía haberlo hecho. Tampoco me fuí de allí. Seguí como estaba, bocarriba, desnuda, mirando al techo. No podía pensar en nada.
- Estaba con otra, lo sé
Me dejo seguir hablando. Creo que las dos necesitábamos hablar y escuchar, aunque fuera de mí.
- La encontré besándose con ella en una esquina. Con las manos metidas en su espalda por debajo de la camisa. Acabábamos de mudarnos juntas a un piso. Tendrías que haberlo visto. Era el piso de nuestros sueños, al menos de los míos. Tenía todo, trabajo, amigos. La tenía a ella. Había una habitación en la que me imaginaba que le leía cuentos a nuestros hijos. Me gustaba su familia. Y cuando me vió mirarlas sólo me dijo que llevaba tiempo queriendo decírmelo, que lo sentía. Que lo sentía.
- La gente puede cambiar -contestó, aunque yo no había formulado ninguna pregunta
- Nadie la escuchó nunca decirme que jamás se apartaría de mi lado, que nunca estaría sin ella, salvo yo.

Entonces me puse las bragas, los jeans. El sujetador. Y me apoyé en el quicio de la ventana.
Alicia se levantó y detrás de mi espalda habló.
- ¿Y si volviera?
- No volverá
- ¿Y si lo hiciera? -volvió a preguntar.
Me dí la vuelta. Ahora si estaba llorando.
- ...Me pidió perdón durante un mes entero, día tras día. Me dijo que fué un error, el error más grande de su vida. Que prefería haberse muerto a haberme hecho aquello. Pero yo no la creí. Y ella se mató hace dos meses. Y tu pregunta es si volviera que habría hecho yo -le puse las dos manos en los hombros frente a ella, las lágrimas me surcaban las dos mejillas- ...si volviera dos meses atrás en el tiempo la perdonaría, porque decía la verdad, y quizás nadie en toda mi vida me haya querido tanto como ella. Pero ahora sólo me queda mirar ese mar con ese Bacardi y una moto aparcada en la acera, recorriendo los lugares que visitamos y los que nos quedaron por visitar. Buscarla y buscarme. Y quizás escribirle ésto que nos ha pasado a tí y a mí esta noche, aunque lo lean otros, escribírselo a ella, que olvidó contarme a mí sus dudas y se las contó mediante besos a otra, que olvidó tanto y yo ahora he de olvidar tanto también, aunque tal vez no me toque...aunque quizás a tí tampoco te pertenezca leer un día las cosas que ésta noche nunca te dije.

Escrito por Atlanthis 8:55 PM | Comentarios (5)

(....)

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Escrito por Atlanthis 5:47 PM | Comentarios (0)

Ring, ring

Te suena el despertador del móvil. Con mano temblorosa lo cojes para ver qué hora es, aunque es un gesto inútil, porque ya lo sabes. Entonces te acuerdas de cortarlo.
Te vuelves a tumbar boca arriba. El mundo te da vueltas.
Tu conciencia se hace pesadamente eco del sudor frío que te envuelve, tienes el pelo, la camiseta, la piel encharcadas. Las manos te tiemblan, pero ya cuando te acostaste de temblaban, eso es cuenta aún de la última resaca pero ésto es otra cosa. La cabeza y el estómago te arden. Tienes una núseas abominables aunque anoche no cenaras nada.
Te estás asfixiando de calor y a la vez tienes un espantoso frío que te recorre en arcadas de escalofríos.

Piensas. Son las 8.10 de la mañana. Recuerdas haber tardado en dormirte, haber leído mensajes a las 3 de la mañana. Tomas el móvil (también está caliente) y compruebas si fue un sueño descubriendo que no.
Le escribes un mensaje a tu jefe. Tú no estás ni para levantarte al cuarto de baño a punto de vomitar x cuarta vez ese día.
Entonces, mientras la habitación gira en torno a tí que tratas de llegar al baño para meter la cabeza en el váter, te das cuenta de que estás sola. Que vas descalza, hecha una pena, que los cristales del salón filtran la luz del amanecer al piso, y no hay nadie más salvo tú y el frigorífico, al lado del sofá (esa es una larga historia).

Entonces, con esa extraña e inintengible cualidad de improvisación que nos caracteriza a los seres humanos, te detienes a mitad del pasillo a mirad la penumbra que se va perdiendo x el hueco de la puerta, y el cuarto de baño esperándote. Flipas, no puedes tenerte en pie y te pones a reflexionar.
El frigo sólo tiene yogurt, leche, Heineken, pan Bimbo y un bote de mahonesa Ybarra a la mitad. Está a final de mes, como tú. Sólo que a él no le faltan dos contratos para tener los números cubiertos y hoy prevee que no podrá asistir a la única cita con posibilidad de éxito que tenía. Ni a las otras tampoco.
El motor hace ruido, no demasiado, pero hace. La camiseta de Bon Jovi se te pega al cuerpo. Es indescriptible la sensación de echar de menos alguien que te cuide.
No porque tú no puedas hacerlo. La razón es mucho más simple, porque a todos nos gusta. Nos hace sentir más cálidos, más importantes. Más seguros y tranquilos.

Estar solo es eso. Levantarte de madrugada con naúseas y encontrar al frigo casi sin comida. Dejar entreabierta la puerta del baño porque no hay nadie a quien esconder los detalles escatológicos de tus actividad regurgitante. Lavarte las manos y la cara y la boca mirándote el vello de punta sabiendo que sólo tú lo vas a ver. Volver a la cama preguntándote como cóño tienes ya otro nudo en la garganta si supuestamente acabas de soltarlo (y nunca mejor dicho), pensando melancólicamente que nadie te acompañará al médico (como no se lo pidas tú y no es la costumbre) si decides ir (o obligándote más bien) ni se preocupará x ir al super a comprar alimentos sanos pa la niña y prepararle algo saludable de comer.

Y es que ya alguien dijo que la soledad es insultante cuando no la buscas tú.
Te duermes y vulves a leer mensajes y no los entiendes y te vuelves a dormir de nuevo, y te levantas y saludas again al váter y al frigo y a la música de la vecina. Y hoy no irás a trabajar.

Escrito por Atlanthis 2:07 PM | Comentarios (0)

25 de Julio 2004

Estrellas fugaces...

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Qué extraño es todo....

Escrito por Atlanthis 10:43 PM | Comentarios (0)

Lestat

Volaremos juntos, mi amigo. Volaremos.

Menos mal k sigues existiendo aquí conmigo.
Páginas Muertas (pinchar aquí, leer post de hoy 25 de julio)

Escrito por Atlanthis 10:38 PM | Comentarios (41)

24 de Julio 2004

K andarás haciendo ahora

Qué andarás haciendo ahora,
hecha una madeja en el sillón,
dibujando constelaciones en los huecos
de los cuadros que aún faltan por colgar.
Qué andarás haciendo ahora,
apagando las luces del salón,
probándote quizá un vestido nuevo,
planeando una huida, ver el mar.
Y yo afilando lunas, perdido en el hotel,
encontrando tus caricias en el neceser.
Y yo buscándote en el espejo azul del baño,
en la ropa cansada del armario.
Qué andarás haciendo ahora,
cansada viendo la televisión,
guardando mi paz y mis retratos,
la costumbre de dormir al lado izquierdo.
Qué andarás haciendo ahora,
maldiciendo la luz, el primer sol,
hermosa con los párpados hinchados,
regando las plantas, todos los recuerdos.
Y yo retirando hojas secas de la cama,
soñándome contigo bajo el agua.
Y yo recordando que olvidé tender la ropa,
preguntándome qué andarás haciendo ahora.

/Ismael Serrano/

Escrito por Atlanthis 6:19 PM | Comentarios (1)

Resaca

Como normalmente cuando tengo resaca, tengo insomnio. Si, ya, ya sé que son las 10.30 de la mañana (que es sábado), pero es que yo me acosté a las 5 de la mañana y llevo desde las 9 dando vueltas, sabiendo a Ducados? y a Estrella de Levante?...jeje, hay alguien que podría contestarme a eso, pero hasta el lunes no podrá porque se ha ido de fin de semana. En fin.
Como yo iba diciendo...que no puedo dormir. Y hace un poco que me he dado cuenta de que desde ayer al mediodía que comí un bocadillo en un Bocatta del centro comercial donde estuve currando en el stand que tenía montado la empresa donde trabajo (un "chiringuito" muy mono, con una gente muy apañá a la que no conocía) no he comido nada. Y claro, así estoy. Últimamente esta es una tónica muy normal en mis dias.

Yo llegué a las 6 (porque además me acuerdo perfectamente porque yo iba a estar sólo un rato y a irme en seguida) a la cafetería de eigual, y me fuí a las 00:30, con un número incontable de cañas de Estrella de Levante (que buena está joer, aunque me dieran ganas de asesinarte cuando te ví el tiro nuevo), con mi número de teléfono introducido en el paquete de tabaco de una chica en dudosas circunstancias (eigual te voy a matar ¿lo sabes?) que acababa de irse, con varias personas que me tenían por una chica bastante más seria alucinando conmigo a esas horas (y no les culpo). Ni tocamos las tapas.
Y claro, cómo no, era viernes. Hacía siglos que no disfrutaba de mi paisa una noche. Así que a la 1 de la madruga, ahí estaba yo con ella con otro par de Bacardi con cola delante, y una conversación interesante como pocas. Porque ella estaba sobria, pero yo no, y extrañamente entre su lucidez y la mía, diferentes, hablamos los evangelios como se suele decir.
Y de alguna manera yo llegué a mi piso. Mirando con una sonrisa tonta en la boca el número de teléfono en la agenda de mi móvil de la chica esta de la cafetería que no sé cómo al final conseguí.
Como diría una persona, la vida da vueltas. Y además es deskojonante. Porque el día de ayer, como eigual me dijo, es para escribirlo, pero escribirlo de verdad, no ésto. Porque hace tiempo que no recuerdo un fin de semana normal, jajajjaj. Y además, nosotras ayer esperábamos a la chica sin nombre...la chica que nos tiene intrigadas, que no nos sakamos de la cabeza, que nunca acaba de aparecer x la puerta de entrada a x tabaco, o a x chicles, o a desayunar. Y ya digo. Y tuvimos que reírnos, con la gente. Porque a ella como siempre se la intentan ligar, y a mí casi me desnudan dos personas, una metiéndome un hielo (de cubata x supuesto, jeje....a las 7 de la tarde) x la espalda, y otra quitándome el cerco de agua con la mano.

En fin...Si yo lo digo, que últimamente soy muy mala compañía, jajjaja. Si los lugares hablaran...Pero no lo cambiaría x nada, dentro de 20 años ya no seré joven y nada, nada de ésto, será igual. Las cosas pasan. Todo tiene su momento. Ahora estoy aquí, entre estas personas, en estos sitios. Todo ésto es irrepetible. Y especial. Estamos viviendo. Joder, estamos vivas. Y es ahora o nunca. Las oportunidades pasan. Hasta ahora yo nunca he disfrutado verdaderamente la vida. Y algo ha cambiado, y no sólo en mí, en la gente que tengo alrededor también. Es como si hubiéramos despertado.
Simplemente quiero aprovechar lo que la vida me ofrece, las situaciones, los lugares, las personas.
¿Alguien más se apunta?

Escrito por Atlanthis 11:41 AM | Comentarios (2)

22 de Julio 2004

Ven

Ven. Desnudame. Sígueme a donde nadie antes te ha llevado. Tengo un lugar donde perderte sin que te quieras volver a encontrar jamás. Dame tus manos. Deja que las acerque a mi lengua, que mi saliva derrita tus dedos. Acércate a mi boca, vas a perderle el miedo a los colmillos de la vampira que siempre has deseado que te muerda, lentamente, el cuello, haciendo que un escalofrío recorra cada célula de tu ser, sintiéndolas. Despacio. Tenemos toda la noche. Dame tu cuello. Lo quiero para mí. Déjare mi marca y mañana temblaras cuando veas las señales y recuerdes el cuerpo caliente que se te abalanzó, devorándote.

Ven. Estoy aquí. Soy toda tuya. Te enseñaré a usar tus labios para algo más que hablar. Tú serás mi alumna y yo tu maestra, aprenderás a contar cada cm de mi piel, a comer con unos modales y unos platos que nunca encontrarás explicados en un libro de texto, con gritos, gemidos, palabras que de otra forma nunca pronunciarás, suspiros desde lo más hondo de tu ser y de tus ansias, descubriendo deseos ocusros de tu alma , prohibidos, que no conocías. Pedirás, y rogarás, y exigirás. Explorarás todo aquello que siempre has querido probar. Serán platos que sólo yo te serviré, mi piel, mi carne entera, el brillo de mis ojos, el ardor de mis labios, la lucha de mi lengua, el sabor de mi boca, el escalofrío de mis lóbulos, la suavidad de mi cuello, la dureza de mis pezones, la tersura de mis pechos, la humedad de mi entreprierna, la amplitud de mi espalda, el tacto de mi cintura y piernas. No puedes rechazarlo y lo sabemos las dos. Aprenderás dónde poner las manos para darles su verdadera utilidad. A callar a el volcán que provoques debajo tuyo, a sujetarlo sin importarte nada más en el mundo.

Ven. Cambiaremos los papeles. Siempre me gusto ampliar mis conocimientos. Te quiero tocar en todos los puntos de tu mapa. Quiero lamer todo lo que mi lengua pueda mojar. Me apetece aprender en tí todos los sabores que existan. Enséñame, vamos. Enséñame a quitarnos la ropa mientras prende llamas. Suplicarás. Ardo en necesidad de tí, ¿lo sabes?...ahora lo sabrás. Tengo hambre. Ven. Sírveme tus párpados para que los bese, cada pelo de tu cuerpo para que lo erize, cada migaja de tu carne para que la muerda, tus labios para que conozcan lo que es besar de verdad, dame tu boca para que la recorra, tu lengua para que la succione, quiero morderte los lóbulos, el cuello, la espalda, las caderas, los pechos, succionarte el alma, los pezones, el sexo. Y no podrás detenerme. No querrás que pare en la vida.

Ven. Ven...Te lo estoy diciendo yo. Te busco. Te persigo en cada rincón de mi mente. Ven, iluminemos de fuego la madrugada. Seré todo lo que quieras que sea. Creeré todo lo que quieras ser. Olvidaré por una noche todo cuanto me pidas. Olvida todo cuanto te arrebate con mi pasión. Vuélveme aún más vampira de lo que soy, termina de perder mi alma con tu cuerpo y llévate el mío después. Yo me perfeccionaré en tí, acabaré de vender mi ánima y la tuya, y luego tal vez reze por nuestra salvación. Mañana aún está muy lejos. Déjame convencerte. Que mentir no es tan malo, que ya pensaremos en eso después. Ven. Séduceme. Perviérteme. Vacíame. Te seduciré, te pervertiré, te vaciaré hasta la última gota de tí. Apurare tu ser.

Ven tú, que no puedes venir, que no me oyes. Misteriosa, tú. Imposible, tú. Tú que no tienes nombre. Ven, acercáte, tú que no puedo tenerte, sólo te quiero a tí.

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Escrito por Atlanthis 7:02 PM | Comentarios (2)

Post número 100

Seguramente yo ahora tenga un Martini de más y unas horas de sueño de menos. Indudablemente no el mejor momento para hacer una crónica de lo que han sido estos primeros 100 posts para mí. Ahí están, ahí quedan los minutos y los sentimientos que empleé en escribirlos. Hay mucha soledad gastada en ellos, lágrimas, alcohol, rabia en algunos, alegría, expectación, reflexión en otros. Aunque nunca hay conseguido plasmar del todo lo que quería decir, estoy orgullosa de lo que empezó siendo una idea contra el aburrimiento y se ha convertido en un vehículo de comunicación que día a día no ha dejado de sorprenderme, especialmente cada vez que me doy cuenta de la cantidad de gente que me lee. Dejadme que os dé las gracias x ello, porque sin vosotros ésto no habrían dejado de ser palabras inconclusas en un vacío virtual y anónimo, lleno de olvido.

Akí esta vampira de nombre y en ocasiones de hechos, raramente pierde realmente alguna de las crónicas que escribe, si bien el que las lleve dentro no significa que no estén perdidas. En realidad me produciría mareo, un vértigo espantoso, mirar las fechas que aquí hay ancladas y leer las eternidades que entonces dije. Son demasiados momentos, aunque nunca nada sea demasiado siempre y cuando se haya vivido intensamente, de verdad, y para bien o para mal así han sido mis instantes de existencia hasta el presente, de ahora.
Son muchas las cosas que habría querido expresar en muchas ocasiones, muchos los relatos que hubiera querido relatar frenética o pausadamente, pero dicen que no todo se debe contar, que el alma también guarda secretos, que el misterio también ocupa un lugar en el desorden de las cosas.

A lo mejor hasta tienen razón. Porque si yo contara las cosas que ahora mismo ocupan mi cabeza...jej, bueno, podría ser toda una revolución, una orgía de pensamientos, una gran devacle entre el alcohol que se va apoderando de mí y mi mente llena de la madrugada. Algo interminable y extraño. En parte estoy aprendiendo a dejar que esas cosas tomen su espacio y su silencio ahí, en su rincón de mi cabeza, y nadie sepa del todo dónde están ni qué son. Aunque siempre alguien te sorprende y te quita el velo, te abre la cerradura y voilá, todo se convierte en un enorme escenario donde se sirve otra de las gandes funciones del teatro del mundo, de los corazones y las almas.
No lo sé en realidad, cuántas cosas en verdad son inevitables. La vida da vueltas, un huevo. Y a veces sólo te queda una elección, seguir adelante. Sea con sombras o con luz, o con las dos cosas en una mezcla extraña. Pero una buena noche te miras sin necesidad de un espejo y te ves. Esa eres tú. Quién lo iba a decir. Tú. Cuantas cosas han pasado que no creías que pasarían, y cuántas no han sido ni la sombra de lo que esperabas. Cuántas dudas aún tienes. Te paras a pensar y ves que has probado casi todo lo que tenías a tu alcance. Que has actuado con una adultez que no esperabas, y que te has sentido con un corazón tan blandito como un oso de peluche que tampoco esperabas. Tú.

Me da miedo lo que pueden traer los siguientes 100 posts, y esperanza a la vez. Todo es una contradicción, x eso pocas veces x no decir ninguna, podemos realmente juzgar algo. En fin, ésta vampira como decía tiene demasiadas pocas horas de sueño encima, y será mejor que se vaya a la cama. Decía Anthony de Mello que hay que "mirar" para amar (ver las cosas como realmente son para valorarlas), que amar es "mirar" y que "mirar" es morir, porque supongo yo que entonces pierdes las excusas, las máscaras, el misterio que tanto se valora, la ingenuidad si es que te queda. Jean Paul Sartre opinó que el misterio del hombre es el de su libertad. Y Unamuno escribió que la verdad acaso sea algo terrible, algo mortal. Si el misterio del hombre es lo que hace con su libertad, y la verdad es algo mortal, entonces desvelar el misterio de un alma (quién realmente es la persona que tenemos delante, o tú) es parecido a morir...porque quizás sólo haya una cosa de la que no podamos escapar, porque no podemos negarla, la verdad. Una sóla cosa que no podemos cambiar (la vida es cambio, x el contrario). Y ya que desvelamios el misterio, ya que "miramos", x lo menos que sea x amor...¿no?, porque hay una cosa peor que la "muerte", la ignorancia. Dudar en lo más profundo del corazón si ese alguien nos habría dado luz.

En la vida nada es blanco o negro, creo que leí de alguien. X desgracia, o x suerte.
Buenas noches.

Escrito por Atlanthis 1:12 AM | Comentarios (1)

21 de Julio 2004

Luces y sombras

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Escrito por Atlanthis 2:35 PM | Comentarios (2)

20 de Julio 2004

My inmortal

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Me encanta ese video de Evanescence, ha sido lo primero que me he bajado con mi nueva conexión de internet. My inmortal... recuerdo que alguien me la grabó en un cd, una chica, alguien que estaba lejos y me la envió x correo diciendo que le recordaba a mí. A mí me recuerda a esas tardes en la playa, sin nadie a tu alrededor, cuando el crepúsculo se va abriendo paso x el mar y esperas a que aparezca la luna, tal vez con los dedos de otra alma, mojándose los pies en la arena espumosa, enganchados de los tuyos. O a la ciudad cuando sólo puedes verla en blanco y negro a pesar de tener unos iris (a veces marrón, a veces verdes) que pueden ver todos los colores del mundo. O a la noche que se difunde borrosa en tu mente cuando x tus venas corre todo el Bacardi y la confusión que existe. Y hasta te encuentras apurando las últimas gotas de Martini de un vaso que no es tuyo, tal vez.
Me trae también a la cabeza esos sueños grises que todos más o menos tenemos, esas historias ajadas que guardamos entre baúles viejos entre las telarañas de algún rincón de nuestro interior, a esas palabras que a veces encontramos cuando nadie nos escucha.

Seguramente no sea el video, sino yo que divago con cualquier excusa. Todos tenemos nuestros vicios ¿verdad? aunque no todos sean confesables. Oir el silencio de medianoche... x ejemplo, apoyada sobre el quicio de una puerta viendo la madrugada a través de unos cristales, hablando con las luces de las farolas que duermen en las aceras de un parque, ignorando el olvido de toda noche normal. Aunque nada es normal; la normalidad no existe. Kualkier momento puede ser extraño, especial. Kualkier momento está ahí para reflexionar...para dar un beso, para enamorarte...para recordar, para escuchar...para hacerle el amor a las horas, para olvidar los segundos...para seguir adelante, para mirar alrededor.

Hay un lugar en esta ciudad que un día kisiera que fuera mío, arreglarlo, redecorarlo con mis manos, abrirlo hasta las 4 de la mañana, sentarme después en una silla a mirar los vasos vacíos en las mesas, y las botellas en la barra. Me he sentado muchas noches allí con una Grimbergen delante, o una Heineken (prefiero la cerveza de importación) o un Bacardi con cola, y cada vez mil pensamientos y compañías diferentes conmigo. Se oyen los Beatles, o Van Morrison a menudo. Es un buen local.
Y un piso. Estoy loka x alcanzar un trabajo estable y alkilar un piso antiguo barato para mí sola, en alguna zona alternativa de las tantas que conozco. Me lo imagino...con la fachada seguramente hecha polvo y posiblemente sin calefacción, extremadamente sencillo, con un balcón y ventanas antiguas, pequeño, desde el que se ve la calle, y se respira el aire. No me hace falta más, siempre hay tiempo de reformarlo...Un frigo, una tele, una cama (que se puede compartir), un baño de esos que son ideales para pensar, un sofá. ¿Las sillas? me valen los libros en pilas x el suelo, y la caja de cartón donde los llevé de mesa. ¿Lamparas? montones de velas. ¿Equipo de música? mi cassette y yo cantando en la ducha. Sueños...

Tantas y tantas cosas seguirán pasando, que quizás las cosas no nos cambien tanto...Tengo gana de volver a ver a Isma en concierto...

Escrito por Atlanthis 5:33 PM | Comentarios (4)