14 de Marzo 2006

nebulosa del caballo

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La verdad que me gustaría saber más de astronomía de lo que sé, tener más libros, más fotos, utilizar mejor el telescopio que tengo (o uno mejor)...en definitiva saber más. Lo cierto es que me gustaría saber más de todo lo que sé, que no es que sea mucho, no os vayais a pensar.

Aunque quizás lo más importante que haya que conocer en esta vida sean estas tres cosas: quién eres, qué quiéres en y de la vida, y en qué te estás equivocando.
No pido que esteís de acuerdo, no sé, lo acabo de pensar.

X cierto, acercaros a Valencia a ver las Fallas...que os van a encantar.

Escrito por Atlanthis 12:55 PM | Comentarios (5)

6 de Marzo 2006

Palabras

Truenos que no dejan de sonar, voces que no se callan, fuegos que siguen encendidos y lo estarán, siempre.
Días que de largos se hacen eternos, horas que yo no sé contar, sistemas de los que no sé la solución, ecuaciones que olvidé, fórmulas que nunca aprendí a aplicar.

Espacios...infinitos...donde las palabras se me salen, y no cristalizan, y se perfilan como un cuadro de Dalí en el aire.
Un paseo interminable conduciendo una moto que nunca he dado, un salto al vacío donde he avanzado con los ojos cerrados, truenos que siguen atronando las voces que permanecen encendidas toda la noche y se visten de largos días de versos como cálculos imposibles de resolver.

Guitarras que no cesan en mi cabeza, pasiones que se quedan a mitad, relojes que no cuentan los minutos, silencios que se escuchan masticándolos, besos que te envuelven las sensaciones a flor de piel.
El tacto de una sábana pegada al cuepo, sueños que te aceleran el corazón, palmas golpeando un cristal que no tiene la culpa de nada, abrazos donde morirías.

Frases incacabadas, miradas demasiado rápidas, ostias bien dadas, amor que ha transcendido la palabras, deseos que se quedan, brazos que son fuertes, la agitación de continua de una alma, el silencio....el silencio que no aparece, está y se va, la voz que resuena en tus oídos y es tan dulce como el amanecer más maravilloso del mundo. Olas que se vaten en retirada, cantos que no surgen de la garganta, palabras que se quedan estancadas, orgasmos que rompen el firmamento, una eternidad mirando sus ojos...truenos que aniquilan la razón y toman el corazón en un puño con las voces que se quedan en los deseos que no llegan y los cielos encendidos que los hacen.

Personas que corren, que no dejan de correr, que no se detienen por nada...que pasan por delante de tí y no te conocen, que no les importa tu existencia, que no se preguntan, que no te escuchan, que no te hablan, que no saben nada de nada y siguen caminando, y luego andan, y luego siguen corriendo. Lluvia impasible en el cristal, luces que se escapan de las farolas, amantes que se quedan en la cama, sonrisas que vuelan hasta tí, trozos que se desprenden de algún vacío lleno de nada, kaos que se estrellan entre sí, golpes que explotan de sangre, cristales que saltan quebrados, canciones que te hacen añicos el alma.

Palbras que brotan, y brotan, y brotan...descontroladas, insaciables, que te estrujan y te saquean hasta la última gota del ser y luego se relamen. Palabras que te violan, que te atan a la pata de la cama y te extenuan, palabras que se vuelven truenos que se agitan dentro de tí y estallan, en un agujero negro de 10.000.000.000 km de profundidad y no se detienen...Nunca se detienen.

Escrito por Atlanthis 4:40 PM | Comentarios (3)

sin titulo

A veces si supiera dibujar haría un gran dibujo, grande, con lápiz en blanco y negro, de mi alma, y esos trazos significarían todo. Entonces caigo en la cuenta de que no sé, y pienso entonces que de mi voz habrían de brotar los más fuertes versos cantados en una canción que desgarrase al conmovido silencio, y lo dijera todo. Pero tampoco la tengo. Es cuando me muerdo la lengua y mis iris se quedan en blanco mirando al infinito vacío. Sólo me quedan mis manos y éstas, tampoco saben lo suficiente como para dejar todo lo que perturba e ilumina mi ser, todo lo que soy al fin y al cabo. Y nunca lo sabrán.

Y no es que yo sea diferente, ni más sabia ni más infernal que el resto. Tampoco más profunda ni más sensata, ni siquiera más loca o cruel. Simplemente hay demasiadas ocasiones en que el ánima, el alma o la sangre me duele demasiado en las venas, en mitad del pecho, me duele demasiado...como un dolor físico que te atenaza, como duelen las obsesiones en la mente cuando no se puede escapar a ellas. O como duele un brazo roto o un orgasmo descomunal.

Es ese frío en el esófago hasta la garganta, ese temblor en las manos con ese dolor de cabeza. Recordamos el fuego quemándonos helado en el estómago de días profundamente grises que no abandonan la memoria, recordamos los instantes únicos de pura felicidad que llenan nuestra tráquea hasta derramarse y no dejarnos respirar.

Pensar en la persona a la que amas y sin la que te morirías, simple y llanamente, por esa marca sellada a fuego en el corazón que se llama amor. Pensar en los retazos de tí que se quedaron donde no imaginabas que pudieras sufrir como lo hiciste y te desbordan.

Pensar en el miedo, como miedo al miedo y como miedo a tí, porque toda tu puta vida le has tenido un miedo horrible a joder las cosas, a joder tu vida, a joder tus sueños o lo que ames o a no ser capaz de alcanzar las cosas que quieres, miedo a perder lo que tienes.
Y te repites a tí misma que el miedo es una mierda, que no se puede tener miedo para que las cosas que no quieras que pasen no lo hagan, pero es ése dolor, el que se te mete en mitad del corazón y te agarra diciéndote que no puedes no estar a la altura, que se espera más de tí coño, que tú esperas más de tí.

Tú esperas ser la hija perfecta, el ser humano perfecto, el alma perfecta, la pareja perfecta, la intelectual perfecta, la escritora, amiga, mente, persona perfecta.....porque la verdad es que tienes unas ganas de vivir inmensas....y quieres ser lo mejor que puedas ser....pero simplemente no puedes, porque no sabes. Porque no sabes hacerlo mejor de lo que lo haces, porque no sabes qué tienes que hacer o cómo.
Quieres a tus padres, mucho más de lo que tú misma piensas, pero no sabes qué tienes que hacer.
Amas desde todos los confines de tu alma a tu pareja, darías la vida por ella, ella es tu vida, pero sabes que podrías hacerlo mejor con ella.
Eres inteligente, y eres una persona buena, pero tú eres ambiciosa y te gustaría ser una de esas personas que hacen algo digno de admiración en la vida, te gustaría ser esa persona profunda que tienes por ideal. Y no lo eres más que en tus sueños o en tus pequeñas acciones día a día.

Y hay cosas que te taladran la cabeza, los momentos felices que has vivido y que estás viviendo, lo que vivirás, ¿a dónde irán a parar cuando te mueras, por muchas vidas felices que después vivas al lado de la misma persona? ¿porqué el tiempo tiene que pasar tan rápido y acumular años hasta que eres una sombra de la juventud y su fuerza? ¿porqué tus padres tienen esa puta enfermedad, porque no sabes como llamarlo? ¿porqué tú no has sido capaz de cambiar algo en esa enfermedad? ¿porqué no puedes ser todo lo perfecta que querrías con la persona que amas...? que es el amor de tu vida joder, y querrías ser para ella todo lo bueno que ella te hace sentir, que es tanto...tanto.

¿porqué no puedes pensar en tu infancia sin sentir asco por la niña que eras? ¿porqué los buenos recuerdos tienen que ser sólo eso, buenos recuerdos, imágenes en tu mente que ya no se pueden tocar? ¿porqué no has podido evitar (sería un imposible) todo lo malo que le ha sucedido alguna vez a las personas que quieres? ¿porque no escribes de una vez ése libro perfecto que llevas toda la vida soñando que eres capaz de escribir? ¿porqué no dejas de hacerte estas preguntas?..........

Y entonces pienso que no soy la única persona que siente todo ésto. Que hay otros alguien que también lo sentirán. Que es mentira éso de que lo importante es la pregunta y no la respuesta. Todos queremos respuestas.
Y no sé la mejor manera de acabar estos párrafos.

Escrito por Atlanthis 4:39 PM | Comentarios (0)

Lluvia

Escucha el rumor de la lluvia. Llueve, sí. Los cristales están empapados de infinitas gotas húmedas de reflejos, llenos de la lus gris que se filtra hasta tu pelo dormido en el hueco del sofá.
Tan dormido como tus párpados, tu boca, la expresión ausente y en paz de tu rostro, tus manos, el acompasado murmullo que se escapa de tu pecho.
Casi querría ser el cálido sofá para acunarte yo también en esa dulce ignorancia del mundo, en esa tranquilidad insospechada que puebla tu mente y tu cuerpo, en esa fusión de todo y nada que seríamos, todo el espacio que abarca el alma unida que somos, y nada, el impacto que eso tendría sobre el devenir del tiempo y la vida que envuelve la ciudad.

Los coches atronan el silencio con el estallido torpe de sus claxon, las sombras trazan juegos extraños en los charcos que pueblan el asfalto, no hay voces en las aceras, casi no hay paragüas, mientras tus manos quietas dibujan caricias tan inciertas en el aire que casi las siento. Inmóviles, se despliegan sobre mí y caen suaves en la serenidad con que te miro, en la ternura de mis ojos que tu no puedes ver.

Siento que podría hablarte de todo y de nada, de ese cielo que se esconde tras la ventana y de cualquier secreto que pudiera habitar en mi alma. Siento que podría acompañarte hasta cualquier infierno al que tuvieras que ir, tanto si me lo pidieras como si no. Que escucharía tus palabras hasta el mismo día que la muerte las cortara durante todas las horas de mi vida que duraran. Y vendería mi alma después para seguir sintiéndolas en mí durante toda la eternidad.

Son jirones de mi corazón que se hacen eco en mi garganta sin pronunciar sonido alguno, y que tú no oyes, al igual que las nubes que asienten en silencio mis divagaciones sin oír del todo el murmullo que se pierde de tus sueños hasta mí, rodando por todo el sofá, y la casa, rebotando en la paredes y volviendo a entrar en tí, tocado por mí, saboreado en mis iris que brillantes miran a esa ciudad mojada que nos acoje a mí y a tí. La única ciudadana que para mí realmente existe.

Es como si todo me dijese que las cosas que sé de esta vida no son muchas, que el alma me queda demasiado grande y a veces las ideas también.
Pero mis manos son lo suficientemente fuertes para cogerte, mis brazos lo bastante grandes para abrazarte, mi mirada lo bastante profunda para entenderte y mi corazón todo lo hondo que puede ser para amarte.
Tal vez en la átmosfera en que lo pienso tú también puedas sentirlo. Estamos respirándola las dos.

Un autobús rojo como la sangre cruza un paso de peatones, le sigue un taxi lleno de gente a bordo. Esa gente nunca conocerá la indescriptible sensación de tus manos revolviéndome el pelo, despacio, de tus labios inventando un beso, ó tus pies fríos abrigándose contra el calor de los míos en la cama.

Es que la vida es extraña, ¿sabes?. La vida te dá un sinfín de miedos que guardar y a la vez un ángel como tú que ensombrece cualqier duda de que no exista la luz. Y más allá, te da la posibilidad de que tú también te conviertas en un ángel para otro ser.
Me pregunto si tú también lo crees, y algo, me dice que sí.

Puede que el mismo algo que hace que me acerque a tí y me cuele entre tu espalda y el respaldo.

Lo mismo que hace que te abrace.

Y que tú te acurruques hacía mí inconscientemente, y yo me duerma, y la lluvia siga cayendo persistente sin importarnos ni a tí ni a mí, y ésa gente que pasea por la calle lo haga sin saber que pasan a nuestro lado, mientras las últimas luces del día se apagan cuando el ocaso sólo es ya una mota de polvo en el horizonte, mientras quizás tú sueñes con que te abrazo y pienses lo infinitamente maravilloso de sentir lo que sentimos.

Escrito por Atlanthis 4:35 PM | Comentarios (2)