12 de Febrero 2004

La espera

Vuelvo a sentir tus labios,
vuelvo a notar tus dedos
dibujar sobre mi piel.
Me recorren las ansias
de que el tiempo corra,
y sea ya tu llegada,
y mis ojos albergen tu presencia
tan soñada,
y el relog se pare
en el mismo instante
en que te vea,
para prolongar, y prolongar,
y prolongar ese momento
en que estas pupilas
que nunca han dejado
de buscarte,
te hallen,
en que mi corazón estalle
al par que nuestros brazos nos cubran
en el más tierno de los abrazos,
ese instante,
en que tu mirada
se una a la mía,
y encajen,
y se hablen,
y se besen,
mientras mi boca
reconozca cada rincón de la tuya,
cada sabor de tu saliva
que lleva grabada;
me derriten los nervios,
las ganas,
los ojos que arden
por hacerte el amor,
que me brillan,
me brillan y no me dejan
soñar,
pensar,
imaginar,
otra cosa que no seas tú.
Vuelvo a tener escalofríos,
miles,
sumergida en esta espera,
la que me tiene en vilo,
la que tiene una sonrisa
infinita en mi rostro,
por ti,
por mi estrella, mi sol,
mi alma enamorada
de ti,
por ti,
que te busca,
te desea,
te sueña,
y cuenta las horas,
los minutos,
bebe los segundos
que llevan hacia ti.
La espera,
sí, la espera,
de que veas
la luz que me llena,
que has traído a mi universo
con tu vuelta,
la alegría,
la ilusión,
la esperanza.
Y es que mi mundo es un lugar mejor
desde que tú estás en él.
Es que mi alma
sólo pronuncia tu nombre,
sólo necesita tu voz,
tus manos,
tu espíritu,
para hacerme una mujer feliz,
completa,
en paz en este cosmos
que nunca he entendido,
salvo en ti, contigo.
Vuelvo a sentir tus labios,
vuelvo a notar tus dedos
dibujar sobre mi piel,
mientras espero impaciente
volver a tocar el cielo,
que estés a mi vera, verte.

/Mmmm...que pasen ya las horas...que llegue ya la noche, no ésta que ya está aquí, sino la de mañana...quiero verte...quiero tocarte...quiero caminar contigo de la mano...mirarte a los ojos...quiero besarte, escucharte, hablarte...responderte, soñar juntas, reirnos...Quiero que pase el tiempo ya...Quiero tenerte, conmigo, mañana y siempre. /

Escrito por Atlanthis 9:17 PM | Comentarios (15)

9 de Febrero 2004

Amanecer

amanecer.jpg

A veces...hay momentos...en que la vida parece un amanecer precioso...
...y tu lo ves...tranquila...con los pies descalzos en la arena...como en esa playa...sin pensar en nada....sin que te importe....
...respirando la sal de las olas, suaves....
...respirando....la libertad de tu alma....


A veceste das cuenta que los muros son de aire. Que la tormenta queda a tu espalda. Que tú decides estar fuera...y lo estás.
Cuantos más rayos escucho a mi espalda, más me gustan los amaneceres. Más libre me siento.
Quizás mi vida no sea nada fácil. Quizás a veces sea sencillamanente horrible. Tal vez estar fuera me siga costanto lágrimas. Pero...nadie, nunca, ni nada, se llevará los amaneceres de mi interior.
Son muchos los que me quedan.

Escrito por Atlanthis 10:23 PM | Comentarios (6)

8 de Febrero 2004

22:00 pm

pareja.jpg

Escrito por Atlanthis 10:19 PM | Comentarios (1)

Alaska

Lo que me gusta esta mujer, jajjaja.

alaskabyn.jpg

Me animan de la ostia sus canciones, jajajja. la del bote de Colón es que es la leche, jajajjaja. No tienen deserdicio. Estas son algunas de mis favoritas, aunque faltan la de A quien le importa, Mil campanas, etc, porque no caben todas aquí, jajjaja, y además son las más conocidas.

Alaska - El bote de Colón
Alaska - Quiero ser Santa
Alaska - La tribu de las Chochoni
Alaska - Qué sabes tú

gafas arriba.JPG


Escrito por Atlanthis 12:49 AM | Comentarios (13)

7 de Febrero 2004

El regreso [Historia]

Abrí la puerta del coche. Estaba atardeciendo, empezaban a reflejarse en el parabrisas, en el metal, el rojo carmín y el naranja intenso del firmamento, delante de mi mirada. Me quedé así unos segundos, la puerta entornada entre mi cuerpo y el hueco que daba al asiento, una mano en el borde de la chapa curva sobre el cristal, la otra apoyada en el filo del techo. Mirando, mirando al horizonte en silencio, absorviendo en mis iris los colores que penetraban por mis ojos.
No había nadie, sólo yo, con el Seat Ibiza aparcado al borde de la carretera que comenzaba muerta y en suspenso a escasos metros del piso donde vivía de alquiler, sin equipaje, con la saliva fría en la garganta, tranquila, hechizada.

A un instante estaba colgada de la pasión que recitaba el cielo, llena de aquel momento entre mis labios, mis dedos, jugando entre mi pelo, y al siguiente dentro, sin pensarlo siquiera, no había nada que pensar. Cerré la puerta automáticamente, sin darme cuenta de ninguno de mis movimientos, girando la llave del contacto, mirando por el cristal sucio el asfalto vacío, comenzando a avanzar.

Bajé la ventanilla para que entrara el aire. Tenía la sensación de estar repitiendo la escena de una película que hubiera vivido ya. Encendí la radio, no había nada interesante aquí que metí una cinta de la guantera en el radiocassette. Honor him, de la bso de Gladiator, me recorrió en un escalofrío, haciéndome volver a la realidad. Apreté el volante con las manos, y creo que los dientes, a medias en un gesto de fuerza y otro reprimiendo un suspiro. Bajé más la ventanilla, e hice algo que nunca debe de hacerse, apoyar el codo en el hueco e inclinar la cabeza hasta los dedos surcando mi pelo, mezclado con el viento, con la vista fija primero hacia la fina línea del cristal escondido en la carrocería, y después a mi izquierda a los últimos versos del ocaso. En algún momento cerré los ojos.

No tenía dudas acerca de lo que estaba haciendo. En ningún momento las tuve. Ya había pasado antes por allí, no en la película que me parecía estar reviviendo, sino en mis recuerdos. Conocía palmo a palmo esa carretera, habría podido atravesarla con un pañuelo de seda oscureciéndome los ojos. Habría podido hacerlo tan sólo con la voluntad, con la imaginación, recorriéndola en mi mente en cualquier lugar del mundo.
A veces la vida nos llevaba por caminos difíciles, extraños. En ocasiones la peor lucha que librábamos era con nosotros mismos, y todo lo demás era dar puñetazos al aire.
Su ausencia vivía clavada en mi alma. Su imagen, que podía acariciar con yemas volátiles en mi cabeza. Su mero aliento, que empapaba mis noches y mojaba la piel inútil en mi cuerpo sin su presencia.
Contar la historia de nuestra separación sería contar la historia de la humanidad. Sus tragedias, sus engaños, sus amores inolvidables y locos, de querer ser cuerdos. Gran error era querer atar el amor a la razón, a la cordura, cuando eso era peor que matarlo, más imposible que matarlo.

Wish you were here de Pink Floyd, rasgó el anochecer. Tenía lágrimas por las mejillas, siempre me preguntaba cuál era el límite hasta el que podía sentir el corazón.
Las luces de los faros de los coches me rozaban, iba más en busca de mí que de ella, ya que necesitaba encontrarla a ella para regresar a mí. Iba en busca de mi regreso, iba en busca de aquello que nuestro adiós no se había llevado. Porque cuando amas, el alma deja de pertenecerte por entero a tí, y pasa a entrelazarse con la de aquello o aquella o aquel que amas, y ya nunca vuelve a estar completa en tí. Necesitas estar cerca del lugar donde la has ido dejando, para estar entera.

Entré en la ciudad. Ésa ciudad, dónde tanto de mí había quedado, no quería que fuera así, nadie nunca queremos, no conozco una sóla persona que quiera dividirse, pero siempre ocurre. Las farolas iluminaban la pintura azul del coche, no había dejado de pensar un sólo instante desde que arrancara 4 horas atrás en todos los instantes con ella que era capaz de mantener en mi interior. Demasiado rápido, la velocidad no había bajado de 160, y sonría como una estúpida a vislumbrar sus bromas en toalla todavía mojada de una ducha, al sentir el tacto fantasma de sus rizos en mis dedos, mi cara y mi ser absolutamente entregados a lo único que merece hacer una cosa así, el amor que calentaba mi sangre por ella, por cada milímetro de ella, carne y espíritu. Todo lo bueno, todo lo que alguna vez ha merecido la pena, ha sido hecho x amor, a una mujer, a un hombre, a un sueño, a la verdad. Yo habría sido capaz de matar por ella y nadie nunca lo entendería, ni siquiera yo. Nadie nunca entenderá el amor, ni del otro ni de sí, porque no tiene lógica, porque es precisamente eso lo que lo hace inmenso, amar porque sí, amar sin razón, amar....simplemente amar, con todo el dolor que conlleva, amar sólo por amor, nos hace humanos, nos hace grandes.

Aparqué en su calle, en la acera de su portal. Me quedé dentro, con el motor apagado. Nadie nunca entendió nuestra historia, nadie nunca podría hacerlo, porque nunca nadie sabría lo que era porque no lo había vivido. Ni siquiera nosotras, pensaba con la espalda echada sobre el asiento, mirando los edificios, el final difuso de la acera, las estrellas. Ni siquiera nosotras, porque siempre nuestra mente racional buscaría razones, lógicas, excusas, y además en el puzzle siempre nos faltaría el sustrato del interior de la otra, una pared interior del alma donde se encierra lo vivido, lo sentido, que ni una misma es capaz de rascar.

¿Porqué estaba allí?, podíamos continuar nuestra vida, incompletas sí, pero podíamos vivir. Cualquiera de las dos tenía tanta culpa como para no ser culpables de nada ninguna. Cada alma era un universo, era así de sencillo, leí que hasta a Hitler le amaron. No me atrevo a juzgar las decisiones del corazón, sus sentimientos, sus errores o sus sufrimientos. Ya no, había aprendido cosas. Necesitaba estar ahí. Necesitaba llorar allí si había de hacerlo. Necesitaba verla, necesitaba revivir esa parte de mi corazón que ella se había quedado; siempre lo necesitaría.

Y más aún. Me revolví las cejas, estaba muy nerviosa, además de en completo silencio, a excepción del tráfico que no cesaba, y el sonido del semáforo al cambiar de rojo a verde, de verde a rojo, una y otra vez. La amaba, aunque ella dijera que no. Aunque yo dijera que ella tampoco. Era humano luchar, buscar, desear. Acaso soñar. Quería que me viera, que me viera allí, en su puerta, que me mirara a los ojos, y que dijera que no, otra vez, a mí, que me negara de nuevo. Yo ya lo hice, sin mirarla a los ojos. Nunca puedes negar lo que quieres mirando al centro de los ojos, a esas pupilas negras que te traspasan y forman parte de tí. No se puede decir que no mirando a los ojos, si no se está seguro de negar toda la eternidad de sís que un no niega. Un no puede llegar a ser infinito. Y las personas tenemos demasiado miedo al infinito.

Salí, cerré la puerta. Toqué al portero de la suya.
- ¿Quién es?
- Baja
- ¿Lucía?
- Sí. Baja...estoy abajo
- Pero...no me lo puedo creer...¿qué haces aqu...?
- Baja Alicia, por favor
- ...tú tendrías que estar a estas horas en Madrid...jeje... -se rió nerviosa, incrédula de escucharme- ... vale, voy.

Me recosté contra el marco del portal. Leía los apellidos de sus padres en el portero, formando en mi mente los suyos. El corazón se me salía del pecho. Hacía cinco meses que no la veía. Me pasaron un sinfín de imágenes por la cabeza, me temblaban las manos, me sentía héroe y a la vez gilipollas, fuerte y frágil, absurda e ímbecil, por haber creído algún segundo de mi vida que podía haber dejado o dejar de quererla.

Su mano empujó la hoja de la puerta, salió de prisa, mirándome, sin aliento. Tragué saliva, oh Dios mío pensé. Oh Dios mío, Alicia, querida, amor, Alicia.
- Alicia
- ¿Qué...qué haces en Asturias?
Estaba sin respiración, no había esperado al ascensor. Bajó con torpeza el escalón y quedamos en la acera, mientras no dejaba de recorrerme una y otra vez con la mirada, quizás tan atacada de los nervios como yo, con mil escalofríos.

- Tenía ganas de dar un paseo
- ¿Un paseo...hasta Asturias?
- Sí, ¿porqué no? ya sabes que me gusta conducir
Alicia, mi mente no dejaba de pronunciar su nombre. Quería besarla, sí, quería besarla hasta llorar del placer si era necesario. Pensaba cosas irracionales, Dios, no sentía los brazos, ni las piernas. Besarla, un beso, sus labios, mi lengua, su espalda, mis manos. Se me puso el pelo de punta al mirar sus pechos, sus ojos, acordarme de repente de la idea de que en ese tiempo otra boca, otros dedos podrían haberla tocado y hecho estremecer.
- Eh...realmente eres increíble. Jejej...-se pasó una mano por el pelo- ...eres increíble.
- ¿He interrumpido algo? ¿tienes algo que hacer?...
- No, no...
- ¿Puedo invitarte a un café?
- ¿No es algo tarde para un café? claro, como te das esos paseos...pierdes la noción del tiempo...
- Jajajja...
- Son casi las 11 de la noche
- Vamos a algún sitio entonces, ¿subes? por favor
- Está bien. A ver dónde me llevas

Hablamos de cosas intrascentes, hasta que paré el coche en un lugar apartado y tranquilo.
Me miró fijamente.
- ¿Qué haces aquí, Lucía?
- Quería verte
- Nosotras...
- Alicia
- ¿Qué?
- ¿Piensas en mí?
- ¿Porqué quieres saberlo?
- Porque yo lo hago cada noche
- ...
- ¿Estás con alguien?
- No. ¿Y tú?
- No
- Lucía...
- Dime
- ¿Qué estás buscando?
- Alicia...te quiero, no podemos ignorar lo que sentimos, que importa sufrir dime, si al final de la historia nos veremos la una en los ojos de la otra...que importan los errores, dime, si yo iba a venir aquí de todos modos y tú a subirte a este coche...
Se me desgarró el alma al decir esas palabras. Seguimos hablando, hablamos mucho, hablamos de todo y en realidad no hablamos de nada.
Le tomé las manos.
- Todos buscamos algo Alicia, lo que hacemos tiene un eco en la eternidad. Mírame a los ojos y dime que te vas, que te vas de este coche, que me has olvidado, que quieres hacerlo, miénteme, dime que puedes, que estás con otra, dímelo sin que luego sobre tu cama sientas que te falta un trozo de alma...Hazlo, porque voy a besarte. Todos buscamos algo, y cuando lo encontramos no podemos darle la espalda, no nos arrepintamos de haberlo hecho, todos necesitamos un sentido.
- ¿Sabes algo?...
- Dime
- No sé qué es lo que yo busco, no sé si una persona puede darle sentido a otra y si eso es bueno, no sé si significa algo todo lo que me estás diciendo, que estés aquí esta noche, que te eche de menos, que vayas a besarme...no sé si algo de todo eso cambia tu historia y la mía
Calló un instante.
- ...pero sé que nunca he dejado de sentirme sola excepto contigo
Lloré no pude evitarlo. Era una mujer hermosa, no sé si era buena o mala, si yo tenía otros caminos. Tal vez fuera ilógico, quizás todo este mundo lo era. Ahora que lo escribo sé que mis palabras no son ni la décima parte de todo lo que podría decir, y no sé si lo he hecho bien o no; pero una historia no deja de ser eso, una historia, y todo aquel que escribe, realiza una parte de su deseo en lo que escribe, y yo cuando escuché sus palabras entendí algo, que tal vez la fuerza del amor sea esa, que dos almas sin motivo alguno se unan.
Hermosa paz la que se encuentra en otro.
- Jamás te sentiras sola

/X Atlanthis/

Dicen que a veces escribo demasiado abstracto. Otras, que demasiado idealista, o que ésa, no es la vida. Como todos, yo soy una escritora fracasada, porque jamás llegaré a escribir lo suficientemente bien para expresar todo lo que quisiera. Muchas no sé si lo hago bien o mal, hasta qué punto estoy diciendo lo que quiero decir. Dicen que exagero. Que en ocasiones soy excesivamente triste. Me han acusado de ser monotemática, de no entenderme, de escribir las imágenes que tengo en la cabeza. A veces dicen que así no se llega a ninguna parte. Tal vez creo demasiado en cosas que la gente no cree tanto, tal vez les doy más importancia de la "normal". Dicen que soy extraña.
Bueno.

BSO Gladiator - Honor him

Pink Floyd - Wish you were here

Richard Marx - Now and forever

HIM - The path

Todos buscamos algo...
¿Tú qué estás buscando?

Escrito por Atlanthis 10:56 PM | Comentarios (9)

4 de Febrero 2004

...........

ajuntament

Escrito por Atlanthis 10:27 PM | Comentarios (9)

3 de Febrero 2004

...en mitad de ninguna parte

Buscando...

mirando...

caminando...

No encajo en este mundo, lo sé.
En parte me gusta la idea, el problema es que a veces nada tiene sentido.

No cambiaría mis recuerdos, ya no soy capaz de arrepentirme en general de lo vivido, pero ¿elegiría aparecer en este mundo, elegiría vivir, si no tuviera nada detrás en la memoria?...

Tal vez soy demasiado bohemia ¿pero acaso, en esta vida que me ha tocado vivir, con la sangre que tengo en las venas, ppdría ser de cualqueir otra forma?
No, rotundo.

Un desierto, blanco, sin límites, sin señales, sin compañía, así me parece mi universo particular, en el que respiro. Yo, el resto supongo que tendrán los suyos.
Un larga estación de trenes, vacía salvo x las vías, los bancos, la hierba rala y x mí.
Un largo viaje en coche x una carretera solitaria y desconocida, me parecen mis pasos, así de absurda me siento.

¿Tomo consciencia de mi propia existencia en su mínima dimensión? es posible.
En su mínimo tamaño.

Es como si todo pasara, incluída yo, día a día, como lo hace la lluvia, que simplemente cae, sin razón, sin demasiado sentido.

No estoy perdida, no he perdido la ilusión. Me siento perdida. Es diferente.
Creo que es el precio que tengo que pagar x ser como soy; ¿pero yo elegí ésto?...

Bosquecamino.jpg

Gracias Nuie x esta foto, espero no te importe que la haya puesto, pero es que me encanta.

Escrito por Atlanthis 9:56 PM | Comentarios (7)

Caminando...

vlactea.jpg

De repente, sin razón aparente, me siento como si hubiera aparecido en mitad de algún lugar vacío, donde todos los caminos son iguales, un desierto plagado únicamente de dunas, a km de toda civilización.

Es raro, sentirte de alguna extraña forma, muy poco, respecto a lo que los demás esperan de tí y tú misma también, así, sin más. Como yo ahora.

De repente siento que nada de lo que estoy haciendo tiene ningún sentido verdaderamente.
Ninguna de las situaciones que me rodean, nada en lo que aparezco inmersa.

Como despertar en un punto impreciso de la Vía Lactea, y darte cuenta de lo absurdo.

Escrito por Atlanthis 12:16 AM | Comentarios (5)

2 de Febrero 2004

Abismos

abismo1.gif

A veces x ningún motivo, sientes como si estuvieras cayendo x una abismo...
y algo en tu interior grita

abismo.jpg

¿o será que a veces todos tus abismos se unen en tu interior, sin motivo?...

cierro los ojos.

.............

Escrito por Atlanthis 10:51 PM | Comentarios (8)

1 de Febrero 2004

Los Caballeros del Zodiaco

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caballeros-del-zodiaco.jpg

Mis juventudes...delante de la tv, con el cuadernillo de sumas y restas aparcado durante una hora x la tarde, pegada a la pantalla, viendo tele 5, sin perderme un sólo capítulo...igual que tampoco me lo perdía un rato más tarde de Oliver y Benji...
Me encantaba esta serie, supongo que sería más o menos el año 90...me encantaba absolutamente. En realidad daría casi lo que fuera x tener aunque sólo fuera un sólo episodio en vhs o dvd o cd-rom o lo que fuera...
Todavía me acuerdo de muchas cosas...

Escrito por Atlanthis 12:54 AM | Comentarios (119)