7 de Febrero 2004

El regreso [Historia]

Abrí la puerta del coche. Estaba atardeciendo, empezaban a reflejarse en el parabrisas, en el metal, el rojo carmín y el naranja intenso del firmamento, delante de mi mirada. Me quedé así unos segundos, la puerta entornada entre mi cuerpo y el hueco que daba al asiento, una mano en el borde de la chapa curva sobre el cristal, la otra apoyada en el filo del techo. Mirando, mirando al horizonte en silencio, absorviendo en mis iris los colores que penetraban por mis ojos.
No había nadie, sólo yo, con el Seat Ibiza aparcado al borde de la carretera que comenzaba muerta y en suspenso a escasos metros del piso donde vivía de alquiler, sin equipaje, con la saliva fría en la garganta, tranquila, hechizada.

A un instante estaba colgada de la pasión que recitaba el cielo, llena de aquel momento entre mis labios, mis dedos, jugando entre mi pelo, y al siguiente dentro, sin pensarlo siquiera, no había nada que pensar. Cerré la puerta automáticamente, sin darme cuenta de ninguno de mis movimientos, girando la llave del contacto, mirando por el cristal sucio el asfalto vacío, comenzando a avanzar.

Bajé la ventanilla para que entrara el aire. Tenía la sensación de estar repitiendo la escena de una película que hubiera vivido ya. Encendí la radio, no había nada interesante aquí que metí una cinta de la guantera en el radiocassette. Honor him, de la bso de Gladiator, me recorrió en un escalofrío, haciéndome volver a la realidad. Apreté el volante con las manos, y creo que los dientes, a medias en un gesto de fuerza y otro reprimiendo un suspiro. Bajé más la ventanilla, e hice algo que nunca debe de hacerse, apoyar el codo en el hueco e inclinar la cabeza hasta los dedos surcando mi pelo, mezclado con el viento, con la vista fija primero hacia la fina línea del cristal escondido en la carrocería, y después a mi izquierda a los últimos versos del ocaso. En algún momento cerré los ojos.

No tenía dudas acerca de lo que estaba haciendo. En ningún momento las tuve. Ya había pasado antes por allí, no en la película que me parecía estar reviviendo, sino en mis recuerdos. Conocía palmo a palmo esa carretera, habría podido atravesarla con un pañuelo de seda oscureciéndome los ojos. Habría podido hacerlo tan sólo con la voluntad, con la imaginación, recorriéndola en mi mente en cualquier lugar del mundo.
A veces la vida nos llevaba por caminos difíciles, extraños. En ocasiones la peor lucha que librábamos era con nosotros mismos, y todo lo demás era dar puñetazos al aire.
Su ausencia vivía clavada en mi alma. Su imagen, que podía acariciar con yemas volátiles en mi cabeza. Su mero aliento, que empapaba mis noches y mojaba la piel inútil en mi cuerpo sin su presencia.
Contar la historia de nuestra separación sería contar la historia de la humanidad. Sus tragedias, sus engaños, sus amores inolvidables y locos, de querer ser cuerdos. Gran error era querer atar el amor a la razón, a la cordura, cuando eso era peor que matarlo, más imposible que matarlo.

Wish you were here de Pink Floyd, rasgó el anochecer. Tenía lágrimas por las mejillas, siempre me preguntaba cuál era el límite hasta el que podía sentir el corazón.
Las luces de los faros de los coches me rozaban, iba más en busca de mí que de ella, ya que necesitaba encontrarla a ella para regresar a mí. Iba en busca de mi regreso, iba en busca de aquello que nuestro adiós no se había llevado. Porque cuando amas, el alma deja de pertenecerte por entero a tí, y pasa a entrelazarse con la de aquello o aquella o aquel que amas, y ya nunca vuelve a estar completa en tí. Necesitas estar cerca del lugar donde la has ido dejando, para estar entera.

Entré en la ciudad. Ésa ciudad, dónde tanto de mí había quedado, no quería que fuera así, nadie nunca queremos, no conozco una sóla persona que quiera dividirse, pero siempre ocurre. Las farolas iluminaban la pintura azul del coche, no había dejado de pensar un sólo instante desde que arrancara 4 horas atrás en todos los instantes con ella que era capaz de mantener en mi interior. Demasiado rápido, la velocidad no había bajado de 160, y sonría como una estúpida a vislumbrar sus bromas en toalla todavía mojada de una ducha, al sentir el tacto fantasma de sus rizos en mis dedos, mi cara y mi ser absolutamente entregados a lo único que merece hacer una cosa así, el amor que calentaba mi sangre por ella, por cada milímetro de ella, carne y espíritu. Todo lo bueno, todo lo que alguna vez ha merecido la pena, ha sido hecho x amor, a una mujer, a un hombre, a un sueño, a la verdad. Yo habría sido capaz de matar por ella y nadie nunca lo entendería, ni siquiera yo. Nadie nunca entenderá el amor, ni del otro ni de sí, porque no tiene lógica, porque es precisamente eso lo que lo hace inmenso, amar porque sí, amar sin razón, amar....simplemente amar, con todo el dolor que conlleva, amar sólo por amor, nos hace humanos, nos hace grandes.

Aparqué en su calle, en la acera de su portal. Me quedé dentro, con el motor apagado. Nadie nunca entendió nuestra historia, nadie nunca podría hacerlo, porque nunca nadie sabría lo que era porque no lo había vivido. Ni siquiera nosotras, pensaba con la espalda echada sobre el asiento, mirando los edificios, el final difuso de la acera, las estrellas. Ni siquiera nosotras, porque siempre nuestra mente racional buscaría razones, lógicas, excusas, y además en el puzzle siempre nos faltaría el sustrato del interior de la otra, una pared interior del alma donde se encierra lo vivido, lo sentido, que ni una misma es capaz de rascar.

¿Porqué estaba allí?, podíamos continuar nuestra vida, incompletas sí, pero podíamos vivir. Cualquiera de las dos tenía tanta culpa como para no ser culpables de nada ninguna. Cada alma era un universo, era así de sencillo, leí que hasta a Hitler le amaron. No me atrevo a juzgar las decisiones del corazón, sus sentimientos, sus errores o sus sufrimientos. Ya no, había aprendido cosas. Necesitaba estar ahí. Necesitaba llorar allí si había de hacerlo. Necesitaba verla, necesitaba revivir esa parte de mi corazón que ella se había quedado; siempre lo necesitaría.

Y más aún. Me revolví las cejas, estaba muy nerviosa, además de en completo silencio, a excepción del tráfico que no cesaba, y el sonido del semáforo al cambiar de rojo a verde, de verde a rojo, una y otra vez. La amaba, aunque ella dijera que no. Aunque yo dijera que ella tampoco. Era humano luchar, buscar, desear. Acaso soñar. Quería que me viera, que me viera allí, en su puerta, que me mirara a los ojos, y que dijera que no, otra vez, a mí, que me negara de nuevo. Yo ya lo hice, sin mirarla a los ojos. Nunca puedes negar lo que quieres mirando al centro de los ojos, a esas pupilas negras que te traspasan y forman parte de tí. No se puede decir que no mirando a los ojos, si no se está seguro de negar toda la eternidad de sís que un no niega. Un no puede llegar a ser infinito. Y las personas tenemos demasiado miedo al infinito.

Salí, cerré la puerta. Toqué al portero de la suya.
- ¿Quién es?
- Baja
- ¿Lucía?
- Sí. Baja...estoy abajo
- Pero...no me lo puedo creer...¿qué haces aqu...?
- Baja Alicia, por favor
- ...tú tendrías que estar a estas horas en Madrid...jeje... -se rió nerviosa, incrédula de escucharme- ... vale, voy.

Me recosté contra el marco del portal. Leía los apellidos de sus padres en el portero, formando en mi mente los suyos. El corazón se me salía del pecho. Hacía cinco meses que no la veía. Me pasaron un sinfín de imágenes por la cabeza, me temblaban las manos, me sentía héroe y a la vez gilipollas, fuerte y frágil, absurda e ímbecil, por haber creído algún segundo de mi vida que podía haber dejado o dejar de quererla.

Su mano empujó la hoja de la puerta, salió de prisa, mirándome, sin aliento. Tragué saliva, oh Dios mío pensé. Oh Dios mío, Alicia, querida, amor, Alicia.
- Alicia
- ¿Qué...qué haces en Asturias?
Estaba sin respiración, no había esperado al ascensor. Bajó con torpeza el escalón y quedamos en la acera, mientras no dejaba de recorrerme una y otra vez con la mirada, quizás tan atacada de los nervios como yo, con mil escalofríos.

- Tenía ganas de dar un paseo
- ¿Un paseo...hasta Asturias?
- Sí, ¿porqué no? ya sabes que me gusta conducir
Alicia, mi mente no dejaba de pronunciar su nombre. Quería besarla, sí, quería besarla hasta llorar del placer si era necesario. Pensaba cosas irracionales, Dios, no sentía los brazos, ni las piernas. Besarla, un beso, sus labios, mi lengua, su espalda, mis manos. Se me puso el pelo de punta al mirar sus pechos, sus ojos, acordarme de repente de la idea de que en ese tiempo otra boca, otros dedos podrían haberla tocado y hecho estremecer.
- Eh...realmente eres increíble. Jejej...-se pasó una mano por el pelo- ...eres increíble.
- ¿He interrumpido algo? ¿tienes algo que hacer?...
- No, no...
- ¿Puedo invitarte a un café?
- ¿No es algo tarde para un café? claro, como te das esos paseos...pierdes la noción del tiempo...
- Jajajja...
- Son casi las 11 de la noche
- Vamos a algún sitio entonces, ¿subes? por favor
- Está bien. A ver dónde me llevas

Hablamos de cosas intrascentes, hasta que paré el coche en un lugar apartado y tranquilo.
Me miró fijamente.
- ¿Qué haces aquí, Lucía?
- Quería verte
- Nosotras...
- Alicia
- ¿Qué?
- ¿Piensas en mí?
- ¿Porqué quieres saberlo?
- Porque yo lo hago cada noche
- ...
- ¿Estás con alguien?
- No. ¿Y tú?
- No
- Lucía...
- Dime
- ¿Qué estás buscando?
- Alicia...te quiero, no podemos ignorar lo que sentimos, que importa sufrir dime, si al final de la historia nos veremos la una en los ojos de la otra...que importan los errores, dime, si yo iba a venir aquí de todos modos y tú a subirte a este coche...
Se me desgarró el alma al decir esas palabras. Seguimos hablando, hablamos mucho, hablamos de todo y en realidad no hablamos de nada.
Le tomé las manos.
- Todos buscamos algo Alicia, lo que hacemos tiene un eco en la eternidad. Mírame a los ojos y dime que te vas, que te vas de este coche, que me has olvidado, que quieres hacerlo, miénteme, dime que puedes, que estás con otra, dímelo sin que luego sobre tu cama sientas que te falta un trozo de alma...Hazlo, porque voy a besarte. Todos buscamos algo, y cuando lo encontramos no podemos darle la espalda, no nos arrepintamos de haberlo hecho, todos necesitamos un sentido.
- ¿Sabes algo?...
- Dime
- No sé qué es lo que yo busco, no sé si una persona puede darle sentido a otra y si eso es bueno, no sé si significa algo todo lo que me estás diciendo, que estés aquí esta noche, que te eche de menos, que vayas a besarme...no sé si algo de todo eso cambia tu historia y la mía
Calló un instante.
- ...pero sé que nunca he dejado de sentirme sola excepto contigo
Lloré no pude evitarlo. Era una mujer hermosa, no sé si era buena o mala, si yo tenía otros caminos. Tal vez fuera ilógico, quizás todo este mundo lo era. Ahora que lo escribo sé que mis palabras no son ni la décima parte de todo lo que podría decir, y no sé si lo he hecho bien o no; pero una historia no deja de ser eso, una historia, y todo aquel que escribe, realiza una parte de su deseo en lo que escribe, y yo cuando escuché sus palabras entendí algo, que tal vez la fuerza del amor sea esa, que dos almas sin motivo alguno se unan.
Hermosa paz la que se encuentra en otro.
- Jamás te sentiras sola

/X Atlanthis/

Dicen que a veces escribo demasiado abstracto. Otras, que demasiado idealista, o que ésa, no es la vida. Como todos, yo soy una escritora fracasada, porque jamás llegaré a escribir lo suficientemente bien para expresar todo lo que quisiera. Muchas no sé si lo hago bien o mal, hasta qué punto estoy diciendo lo que quiero decir. Dicen que exagero. Que en ocasiones soy excesivamente triste. Me han acusado de ser monotemática, de no entenderme, de escribir las imágenes que tengo en la cabeza. A veces dicen que así no se llega a ninguna parte. Tal vez creo demasiado en cosas que la gente no cree tanto, tal vez les doy más importancia de la "normal". Dicen que soy extraña.
Bueno.

BSO Gladiator - Honor him

Pink Floyd - Wish you were here

Richard Marx - Now and forever

HIM - The path

Todos buscamos algo...
¿Tú qué estás buscando?

Escrito por Atlanthis..... 7 de Febrero 2004 a las 10:56 PM
Comentarios

Guau, que historia!!! Conducir sin ningún sentido o conducir con un fin, todo vale, todo sirve, todo ayuda... Y si es por amor mas todavia.
Hay dos frases que se me grabaron en la cabeza cuando las escuche:
"todo en amor es triste, mas triste y todo es lo mejor que existe"
"Es imposible ocultar el amor en los ojos del que ama"

Escrito por tami a las 8 de Febrero 2004 a las 01:16 AM


Yo realmente no sé como escribes, quiero decir que no voy a etiquetarte(no sabría). Simplemente, me encantan tus historias, todas las que te he leido aquí y allí ...

Escrito por les a las 8 de Febrero 2004 a las 01:34 AM

a mi me encanta como escribes, como eres, como hablas, como piensas... no cambies nunca nada de todo eso, si no, no serias tu. un beso...

Escrito por Angela a las 8 de Febrero 2004 a las 07:20 PM

y, ¿quien cataloga si uno es extraño o no?. Si esa persona fuera la extraña, ¿no serian normales todo el resto?.
Tendemos a desvalorar lo que no comprendemos...

Escrito por Jesse a las 8 de Febrero 2004 a las 10:17 PM

¿Qué buscamos en esta Vida?

Unos dicen que la felicidad; otros, hablan de vivir con una economía suficiente q les permita sobrevivir; otros, sólo disfrutarla y no pensar en nada más... Yo intento descubrirme, saberme quién soy por dentro en mi totalidad y en todas las circunstancias y encontrar una armonía con lo q me rodea, ser feliz aunke no tenga ni 1 euro.

A veces camino sin más, sin saber por dónde he de ir, solamente camino y ya está.

Me gusta no hacer lo q los demás desean, me gusta ser diferente y si alguien no me aprueba, allá ellos.

Un besito Atlanthis

Escrito por khardaia a las 8 de Febrero 2004 a las 10:35 PM

Quien no comprende la violencia esta sentenciado a cometerla.

Escrito por Anonymous a las 1 de Abril 2004 a las 03:59 AM

Da = q te tachen de mono-tematica! y eso q mas dará, lo que importa es q consigues darle sentimientos a tus palabras,las entrecruzas y mezclas logrando en su armonía, que la gente sienta lo mismo que tu sentiste al escribirlo y lo que los personajes sufren...
Mi enhorabuena, me ha gustado mucho esta historia. Si escribes más historias meláncolicas hazmelas llegar xfi me encantan.. Y quizas si me atrevo te deje algunas mias.. Un besote y sigue!!

Escrito por Bedlam a las 14 de Mayo 2004 a las 12:05 PM

solamente te quiero decir que es eres la persona con mas agallas, bueno mas que yo pues yo mire como el ser que yo amaba con todo mi ser se alejaba y yo son poder ahcer nada lo miraba irse.
no pude decir las cosas, no pude sacar palabras de mi y el no pudo quitar cosas malas; creo que con estoy doy que los dos tuvimos la culpa. Pero ahora ya casi 5 meses de habernos alejado lo sigo extrañando como no te imaginas.
Quisiera poderle decir de cara que lo amo y que quisiera volver con el, que lo adoro con todos sus defectos pues eso es lo que lo hace pefecto...por que sera que el tratar de olvidar a alguien inolvidable es tan doloroso...
Ay mi amor!!! como te amo y me enojo mas al no poder decirtelo de cara....
Quiero llorar, quiero decirte lo mucho que te amo, y lo mucho que deseo y quiero estar a tu lado, y si es posoble..para siempre vivir en tu corazon y estar ahi a tu lado como siempre lo e estado aun cuando nadamas eramos amigos.
El otro dia me acorde de el y me puse tan trizte que me vaje del autobus y me puse a caminar y sin darme cuenta en donde me vaje dure como una hora caminado, tratando de olvidarme de el, se sus carisias, de todo lo que lo amo...pero simplemente todo esos sentimientos me llevaron a la puerta de su casa.. y viendo a donde habia parado de llegar me... me volvi a acobardar y llorando me fui ami casa...
Te amo mi amor...por que no te das cuenta de eso?

Escrito por honeybone a las 16 de Junio 2005 a las 09:31 AM

la habitacion se decubrio por el amanecer' y sin pensar dos ves, cogi la unica herramienta a mi alcance y acerte otro golpe, y por fin pude entrar a mi oscuridad. y dejar el fluido de sangre corra por mis venas. ahora si la mate.

Escrito por ivandark a las 25 de Diciembre 2005 a las 11:38 PM
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