Ahora escucho Sacred Spirit II.
A las 7.40 de la mañana llovía como si el cielo entero se estuviera licuando. Entre las mantas, pensaba cómo me gusta oir llover en la cama, a oscuras sólo con la luz que filtra la persiana.
Dos veces han entrado en mi habitación, una mi padre y otra mi madre, preguntando si no era hora de irme a la facultad. -No, aún no, tengo puesta la alarma del móvil, déjame dormir-.
Déjame estar unas horas más en otro mundo. Regresar sin saber dónde estoy.
He metido una mano en el bolsillo de la chaqueta de cuero (negra), he sacado un billete de bus de Valencia, en mitad del pasillo delante del auditorio del que acababa de salir. Me he quedado mirándolo cómo si fuera imposible que estuviera ahí, del bolsillo a mis dedos.
Me han llevado a una turronería cuya marquesina titulaba "Los valencianos". Algo que ahora no recuerdo que x casualidad ha caído en mis manos, venía de Valencia.
He recordado que las mantas que han aterrizado nuevas en mi casa son fabricadas en Valencia, que la cristalería donde nos estan cortando unos cristales se llama "La valenciana", que la mitad de las cosas de comer que hace una semana están en mi casa son de Valencia, que todas las chicas que en estos días se cruzan x mi camino, descubro que se llaman Ángela o Ángeles.
¿Algo quiere decirme alguna cosa, y soy lenta en comprender...?
Me dirijía al piso de mis abuelos. LLevo llendo desde que mi memoria alcanza a recordar algo. Hoy no sabía cuál era la calle. He tenido que pasarme un buen rato, parada en mitad de la acera, entre dos bocacalles de una plaza...una chica perdida, con vaqueros mojados x la lluvia y una bufanda de cuadros...intentando decidirme x una de ellas. Entro, y no sé a qué altura se encuentra el portal. De repente no recuerdo nada, casi no sé dónde estoy, me siento extraña hasta de mí misma. ¿Cúal es el portal? ¿el primero, el segundo el tercero?...no lo sé...me dirijo al segundo...miro el portero automático y no recuerdo haberlo visto nunca...no sé cúal es el piso...no sé qué hacer...trago saliva...joder, digo, no puede estar pasando ésto...bien, decido, ¿era un 4º? ¿un 3º?, me inclino x el 4º, toco y una voz demasiado joven contesta. Invento una disculpa, casi como si no me oyera, y le doy a la siguiente letra...es una voz más acorde...pero no me salen las palabras...cuelga, y he de llamar otra vez, me abre...entro al portal y subo las escaleras hasta el 4º...éste no es el piso, pienso...pero miro la puerta y no lo sé...de pronto no sé nada...me quedo dudando y bajo al descansillo del tercero...¿y si era el 3º?...pero no lo reconozco, no me suena, no lo sé...Así que salgo a la calle otra vez, cojo el móvil y llamo al piso...es una sensación inexplicablemente desagradable, como si hubiera perdido una parte de mí...Descuelga mi abuelo, oh no pienso, espero que aún con el Alzheimer me entienda...mi abuela no ha llegado todavía, ¿abro la puerta de la calle? me dice, -no, no...no hagas nada, sólo dime...sólo dime cúal es el portal vuestro, y el piso...y la calle si no te importa...es que...es que no lo recuerdo-. Tengo suerte y me lo explica.
Mi abuela ha colocado una foto nueva, reciente (en realidad de hace unos días tan solo, me dice al preguntarle yo más tarde con interés disimulado), de mi prima hermana M., a la que no veo desde este septiembre. Iba hacia el cuarto de baño cuando la veo, y sin poder evitarlo me siento atraída. Me sorprendo, me siento mal, tengo un escalofrío en el estómago que no se me va.
En algún momento suspiro, quiero que éste día acabe ya.
Subo a Gran Vía para coger el bus que ha de llevarme a mi casa, llego a la altura de la parada y miro el que llega...no, éste no es, me digo...Cuando se va se me ocurre, que era el que yo estaba esperando.
20 segundos más tarde, voy a subirme las gafas con un dedo...Descubro que no están en el puente de mi nariz. Me las he dejado en el piso de mis abuelos. De lejos no veo, y menos de noche, y menos sola...tengo que volver a cogerlas.
Mi abuela sonríe, creo que ya lo llevas todo, me dice. -¿Te has fijado si la cabeza también, le digo?-. Y no puedo evitar volver a mirar la foto de mi prima. Desear de repente verla, aún siendo absurdo, me lo digo; ni pensar que estará haciendo A., pensando que es de noche, que es bonita con todas las luces y adornos encendidos, que tendríamos que haber pasado la Navidad juntas, que ojalá estuviera aquí.
De vuelta a Gran Vía x una calle x la que ya he pasado, me doy cuenta de que en realidad estoy asustada. Decido mandarle un mje a una amiga al móvil, diciéndole x encima la tarde que llevo. ¿Qué me está pasando? me pregunto.
En casa, veo los avances de la obra que estamos haciendo, una terraza desde la que se ve toda Granada, donde puedes tumbarte hacia el cielo. Mi madre histérica con todos, mi padre preocupado al contarle mi hipotético ataque de amnesia.
Se va, y la casa se abre solitaria y entera para mí. Con un Camel entre los labios, me tumbo de espaldas con los pies colgado en el balcón sin baranda todavía del nuevo cuarto aún en construcción, poniéndome los vaqueros y la camisa azul de cuadros llena de polvo de ladrillo, observando cómo sube el humo, cómo en el resto de casas apagan y encienden luces, cómo avanzan las nubes con las noche y la Alhambra en mi horizonte.
Ha sido el mejor momento del día.
Y el tiempo se detiene, porque el espacio que ocupas se desvanece, se diluye con la imagen que contemplas.
Pero a la vez tú eres lo único concreto que existe... existes?
Un abrazo desde el camino...
Escrito por Sui Generis a las 18 de Diciembre 2003 a las 09:51 PMahora entiendo el mensaje, jajaja. Ya sabes como siempre el movil por un lado y yo por el otro. La proxima vez me avisas q yo te guio, lo mismo q yo me dejo guiar por ti.
Besazos preciosa
Escrito por upss a las 22 de Diciembre 2003 a las 01:09 AM