El que ama siempre es ingenuo, y torpe, y capaz de hacer cosas impensables en cualquier otra situación. Y tremendamente frágil. Es una equivocación pensar que no es así.
Me gustan las películas de Robert Redford...Mucho en realidad, Havana, Memorias de África, El gran Gastby, todas tienen el mismo tinte, el mismo deje de melancólico romanticismo, de soñador bohemio, de independencia en toda su fragilidad. Me pasa igual con Meryl Streep, salvo que ella es la fuerza, la soledad enamorada tras mil máscaras que al final se caen, todas y cada una, x su propio peso, la fragilidad sí, también; Memorias de Africa igualmente, La mujer del teniente francés, Las horas...x citar sólo algunas.
Hablo de errores, sí, porque los imposibles nos destrozan a veces, cuando no se pueden ignorar, y es igual que lo sean, puede llegar incluso a ser igual que lo sepamos, somos igual de vulnerables, de inútiles en cualquier razonamiento que llevemos a cabo. Hay cosas que se cuelan en el corazón sin que lo podamos impedir, y lo desgarran. No importa que lo estemos viendo, estamos igual de indefensos. Y no suele abandonarnos nunca, lo que entró a formar parte de nosotros, especialmente si es una mujer (o un hombre), un sueño o una idea.
Eso es un error, porque al final es muy difícil sobrevivir si no se consigue e incluso aún así, estoy hablando de imposibles, normalmente x la naturaleza humana y el devenir del mundo, acaso del destino y sus conjunciones que en ocasiones nos superan; pero es un error aún más grande creer que ésto no va a ser así, que no caeremos, que no nos partirá ningún imposible (ningún error), que somos inmutables, que no seremos testigos en el hipotético e inexistente caso de que no nos toque.
Será que pierdo fé, será que la estoy dejando que se vaya lentamente, casi sin darme cuenta, para poder vivir en un mundo donde la ingenuidad, la torpeza, la esperanza...duele tanto. Y x eso hablo de imposibles, y de errores.
¿Errores de quién? de cualquiera que sea lo que permite que las cosas se nos escapen de las manos, que nos desgarren pedazos de alma poco a poco, si luego la felicidad va a ser sólo un instante, si vamos a ser enamorados (en el amplio sentido) sin poseer nunca el objeto (sueño, mujer, idea) de nuestro amor.
O mío, x no querer comprender que es así, que la felicidad es un instante, que todo es una continua soledad y búsqueda, que pasan cosas injustas y aprendemos así, que es la esperanza lo que nos mantiene vivos.
Y el problema es que lo creo, creo las dos cosas, en la esperanza y en el dolor. Que estamos condenados x nuestros sentimientos, pero que ésa es nuestra esperanza. Creer que lo que creemos al final vencerá, o venció en un pasado, o forma parte de nosotros, y lo asumimos dentro de nuestra fragilidad, y ésto nos vale.
No lo sé. Soy consciente de que mis posts siempre van en este tono, extraño, semi-triste, demasiado filosófico tal vez para una vida saludable. Pero es que mi vena escritora va x ahí, creo que el escritor no escribe las palabras, ellas le eligen a él, o a ella, para brotar x sus dedos. Y las palabras son un agua, que una vez que mana, no se puede contener. Suele haber dos opciones, dejarlo escrito o borrarlo; yo suelo elegir la primera.
En realidad, yo no soy así...no del todo, me rio, disfruto de la vida lo que puedo, creo en más cosas de las que aquí reconozco, espero más de lo que digo, le encuentro más sentido a todo de lo que en ocasiones mis dedos o mi boca o incluso mi mente dicen. Pero es difícil de expresar. La mía es una inspiración complicada, sino jodida. La melancolía. Normalmente x lo que no tengo, x lo que me duele, x lo que me entristece.
Claro, también tengo mis momentos, a veces canalizo con las letras mi energía positiva o mi fuerza o mi rabia sana o mi alegría o amor, pero son más determinaciones que reflexiones.
En parte me gustaría que volvieran los días en que sólo escribía poemas de amor, o relatos inspirados en la dama habitante de mi corazón.
Jajjaja..no sé, creo que entre otras cosas tengo síndrome éste que llaman de abandono, y poca fé, aunque sea como San Manuel bueno mártir (obra de Unamuno) y sea lo último que crea o aparente. O no tan poca, pero no creo que las cosas "buenas" me vayan a pasar a mí, o sigan mucho tiempo. ¿Pesimismo?...no...es que me han pasado muchas cosas, y bueno...me parece tan bonito el optimismo...me gustaría tanto que algunas cosas pasaran...lucho tanto a veces y parece que consigo tan poco...
En fin, como diría mi paisa, quien me entienda que me compre, jejej. Creo que soy una perdida de la vida así como Robert Redford en El gran Gastby.
O como la Atlántida ¿no?