22 de Noviembre 2003

Versos para un cuento

Bruja

¿De dónde partieron los versos
que ahora me han abandonado?
¿Qué desierta tierra habitaron,
incólumes,
malditos?
Gastados los hallo,
con esquinas perdidas,
con jirones esparcidos,
la sombra de la duda
sobre su propia real existencia,
la sombra del delirio
que no sabe si besó
más imaginación que cristal,
si fue más verdad que mentira.
¿De dónde creció la hierba
que vió cubrir el cielo de figuras,
que cesó los rayos,
que calló las tormentas?
Ése camino dónde te esperé,
enamorada amante
dama de la inspiración,
con tus luces y reflejos de nada,
con tu velo blanco luna
y el brillo rojo, carne,
de tus labios.
Has jugado conmigo, sí,
tú lo sabes bien,
la esclava fiel, sumisa
dispuesta a morir por ti
a un solo movimiento de tu dedo,
afilado, cruel,
tan hermoso...
Dime, ¿a dónde estrello
yo esta rabia?,
¿a dónde vuelco mis ganas de matar
si te sigo deseando?.
Vamos, no niegues que algún día
también me esperaste,
a lomos de tu orgullo escondido, domado
para que no lo viera, ni siquiera
tú,
que aunque sólo fuera un sólo instante
ardiste en la visión de tu sirviente,
y eso aún te quema,
y en las madrugadas después de haberme abandonado
mi imagen aún te arranca gritos ahogados,
ansias prohibidas,
lágrimas que jamás reconocerás,
y aunque no lo nombres sabes que es amor,
tú, sí tú,
tú que me despreciabas,
que cambiaste el negro de la noche
por la oscuridad sólida de tu corazón.
Dime, ahora que mi sangre hierve en las venas,
que es tu mismo veneno del revés,
¿porqué diablos no puedo
darte el fin que mereces?
estrangularte, borrarte,
empujarte al suelo y...
quitarte la ropa y sujetarte,
tirar esas barreras tras las que te escondes,
hacerte confesar
el amor que ocultas, que reniegas, que te taladra,
escucharlo de tu lengua
que me albergas,
amar a la mujer que eres,
o asesinar tu máscara
y con ella a todo.
Más te digo,
tu influjo me perseguirá hasta la tumba,
pero tú vagaras hasta el fin de tus días
pronunciando mi nombre.
La hierba, los pájaros,
los duendes y las hadas
te verán volverte loca,
ir de un lado a otro con la razón enterrada,
perdida,
serán testigos de tu mal volverse contra ti
y convertirte en el fantasma
tras lo que un día probaste y rechazaste.
Pero el sabor perdura,
oh bien lo sé yo,
tú me lo enseñaste,
tú que antes de mí ya tuviste a otras.
Habrás de hacerte las mismas preguntas que yo
sin respuesta,
arrastrarte por los mismos sitios,
tocar las mismas puertas...
y aún así quisiera que no lo hicieras,
encontrarte reina,
inmutable, altiva,
dueña de todo y de mí,
sabiendo que tú necesidad no es menor que la mía,
volviendo tu mano hacia mí
invitándome a morir un poco más
en la hiedra de tu cama,
arremolinándome el pelo
con las púas de tus dedos,
diciendo que yo soy la única,
que jamás me negarás el flujo
de tu elixir,
que siempre será verdad.
Tal vez las estrellas me vean mirarlas,
rezar,
creer lo imposible,
que una parte de ti
no es la de una bruja,
que estás ahí, en algún lugar,
que ese lugar son mis sagrados dominios,
la fortaleza que ni tú puedes derruir,
ni yo en todo mis pálpitos denegar,
que una parte de tí me pertenece
desde el mismo instante
en que tú te apropiaste mi libertad,
tú, hada,
mala hada que sometes
el universo a tus deseos,
que hayaste en mí la perfecta fuente
donde dejar caer el estanque de tus deseos
para que fueran eternos,
que haces en tus palabras, tus gestos, tu boca
lo que eres, lo que te nombra, lo que me encadena,
me ata, me sucumbe,
mi inspiración.
Tú, bruja salida de las cavernas
más profundas de la tierra,
demonio,
ángel de mi cielo y de mi firmamento
que me vacia casi tanto como me llena,
tú,
dime,
¿de dónde salió mi locura?
¿de tus palabras o de las mías?
¿de tu amor o del mío?
¿de la magia...o del infierno?
Habla,
Habla por Dios, por Satanás o por lo que conozcas,
dime de una maldita vez quién eres,
qué soy yo que me has transformado...
qué mujer, si es que acaso lo eres,
se esconde tras ese espíritu aparecido en la noche
que subyace al intenso roce de tu cuerpo desnudo,
al susurro de tus velos en el oído de tu amante,
al abismo de tus ojos
que promete un alma
como ninguna jamás se ha conocido.
Descúbrete, déjame desnudarte, arrancarte la verdad
o termina de acabar conmigo, mátame,
y aún cuando lo hagas
mi recuerdo te perseguirá,
mi nombre será lo último que olvides,
mis ojos,
sí, mis ojos,
será lo que los restos de tu corazón
más quieran.

hadabosque.jpg


Escrito x mí, sí.

Escrito por Atlanthis.....22 de Noviembre 2003 a las 04:33 PM
Comentarios
Escribir un comentario









¿Recordar informacion personal?