Oceans apart...

Me equivoqué en el título de este blog, no tendría que haber puesto este nombre, tendría que haber dicho hablaré de tí, ella, tú, ...mis delirios de amor, o algo así. Me equivoqué en el título, pero ahora no voy a cambiarlo.
La verdad es que no sé si quiero ver las fotos. No creo que pueda resistir, con mi melancolía habitual...verlas, vernos.
¿Sabes? ¿sabes qué sería lo ideal? que me las entregaras en la mano, como si fuera cualquier cosa, mientras nos sentamos dondequiera y mis dedos y tu sonrisa las van pasando.
Creo que espero algo de tí que no puedo tener. Ni ahora ni nunca. Creo que quiero que seas de la manera que yo querría que fueras, y albergar que cambies es algo así como pedirle a la luna que salga x el día además de x la noche. No serías tú, y entonces ¿quién serias?.
Supongo que hemos de aceptar que a veces, nos enamoramos independientemente de las esperanzas, de lo que sería conveniente, de lo que necesitamos. Y es curioso, porque yo te necesito a tí, y a la vez...quiero cambiarte. Me gustaría que pudieras tirarte al vacío sólo x mí...olvidar tus convicciones, tus lógicas, tu sentido de la injusticia del mundo que permite que dos personas se quieran sin poder estar juntas, que dejaras todo x el amor, sí, sólo x eso, sin pasos atrás, sin dudas. Y acaso...acaso pido algo imposible. Acaso todo sea ka, destino. Acaso tú no puedas elegir más de lo que yo puedo, queriéndote.
Hay...hay quien dice que entonces eso no es amor. Y yo a veces me callo, a veces esbozo argumentos que suenan lejanos, vacíos,...puede llegar a ser tan difícil explicar que el amor no entiende de formas de ser, que aparece, y aparece y no todas las personas lo integran en sus vidad de la misma manera; a veces en sus formas es altamente incompatible con nuestros esquemas, nos supone un total kaos, a veces para cogerlo habría que destruir nuestra vida, o a una parte de nosotros, o sufrir algo que sencillamente no somos capaces (como no lo somos de volar x mucho que lo deseemos) de sufrir. Eso, normalmente, no se puede explicar.
Tendemos a menospreciar el poder del amor, sus efectos, sus consecuencias.
Lo cierto es que...hay una clase de certeza que sólo se tiene una vez.
Y en este mundo...incluso me atrevería a decir en este universo...hay tan pocas cosas ciertas...
Podría decir aquello de que una bombilla con el doble de intensidad dura la mitad de tiempo que una normal. ¿Porqué a veces juzgamos el valor de los sentimientos x su resultado? es tan....injusto. Eso es lo que es verdaderamente injusto.
Algunas de las mayores historias de amor de la humanidad han sido tragedias.
Eso debería de impulsarnos muchas veces, a callar.
¿Acaso si no volviera a verla, si fuera imposible x el motivo que fuera -algunos podrían ser inhumanos, ilógicos, absurdos, decepcionantes, pero igualmente no habría que juzgarlos, no somos quién, no somos quien para juzgar la vida o el alma- la habría querido menos, mi amor habría sido menos intenso, habría sido una historia más irreal, me habría querido menos?, no. Simplemente, en esta vida, habríamos tenido que aprender algo, o habría habido un fallo cósmico, o es lo que teníamos que vivir de cara a las siguientes.
Me vienen tantas películas a la cabeza...Casablanca, Habana, Los puentes de Madison...
Es mentira, cuando digo que querría conocer otras chicas, que si no es con ella será con otra, mis kachondeos con los instintos de mis hormonas...No es cierto. Podría hacerlo, sí claro, todo ello, incluso vivir mi vida con otra estando relativamente agusto...creo que todos podemos hacer todo en realidad...en última instancia elegimos -la vida es cuestión de elecciones, sean éstas acertadas o no, y nos traicionemos o no-, el misterio más grande del hombre es el de su libertad como dice Sartre (Jean-Paul)...pero no sería verdaderamente feliz...no tendría esa felicidad verdadera, que es sólo una, la del amor verdadero, eso no puede cambiarse aunque si pueda elegirse no tomarla o no se pueda...Podría acostarme con las mujeres o incluso con los hombres más atractivos, que más me dieran, que más me suscribieran a una rutina o a la total carencia de ella, pero seguiría pensando en ella, seguiría faltándome ella, seguiría sin ser feliz.
No porque la felicidad la tenga ella, ni la tenga yo, ni que ni siquiera se pueda conseguir mediante algo...pero... a veces ciertas cosas no se pueden explicar...si yo esta vida no estoy a su lado, parafraseanso algo a Cernuda, no habría vivido...no habría vivido al menos lo suficiente, me faltarían muchísimos instantes en que la felicidad sería justamente eso, esos instantes.
Algunas personas piensan en estas cosas como obsesión...Pero se equivocan, la obsesión es exenta de claridad, de visión, de aceptación de lo que es. De cosas que aquí y ahora no se pueden expresar.
Yo lo llamo amor. Y si no lo es, entonces yo no existo, entonces todo esto es el sueño de algún ser omnipotente y nada es verdad.
Se puede estar satisfecho de algo, aunque sólo haya durado un suspiro, aunque nos haya destrozado el corazón lo mismo que le ha dado vida, pero no de algo que no ha sido puro aunque haya ocupado un tiempo incontable.
Hay gente que habla sobre quien ha perdido al amor de su vida en la muerte o en cualquier otra circunstancia y dice que deberían olvidar, enamorarse de nuevo, que pierden el tiempo, que son gilipollas. Yo, sinceramente, les daría de ostias a los que lo dicen. Qué sabrán ellos. Qué sabe nadie, lo que cada uno de nosotros, vivimos en realidad. Todo es tan relativo...
Para mí un sólo día con ella ha podido ser el punto máximo de mi existencia, y eso nadie lo tiene porqué saber, igual que la chica que lleva años sin amar a nadie más que al amor que perdió porque era todo lo que ella quería, o el chico que rechaza una persona tras otra porque simplemente no quiere a otra que no sea ella o él.
Para mí merece respeto, en un mundo en que todo cambia, en que nosotros mismos estamos sujetos a eso, en que al final todos tenemos que estar satisfechos de lo que hemos sido, en que desgraciadamente de están perdiendo los valores.
Ésto empezó oyendo a Richard Marx. Ahora cae Tori Amos en el silencio de las palabras escritas, en mí.