...orgasmo...

La mayoría de la gente cree que no fumo. Pero lo cierto es que acabo de furmarme un cigarro bajo la lluvia. Sí, bajo la lluvia. A oscuras en la terraza con las inmensas nubes grises encima, mojándome sin importarme, disfrutando del frío, en camisa. La verdad es que me ha sabido a gloria.
Empezé con 20. Sí, con 20. Casi nadie lo sabe. Hay algo en el punto de luz de la brasa, en el humo, en mis recuerdos vividos, que me ayuda a aceptar las cosas.

Sin tí no quiero, dije, sin tí no quiero sentirlo. Y es verdad, aunque lo dijera antes, pero después de 2 meses el cuerpo tiene necesidades, y si no es espontáneamente entre las dormidas sábanas de un sueó erótico, es reconociendo que nunca pude dejar de ser lo (auto)liberal que soy.
En el instante del orgasmo todo se entiende, nada hay. Aunque después puedan azotarte mil tormentos en forma del dolor del cuerpo solo, frágil, cuando inevitablemente lo está.
Qué cojones, veo a Britney Spears sitiando a Madonna contra la pared a punto de comerle todo el cuello y la boca, en un video de la TV, y mis hormonas se incendian, mis labios se humedecen deseando tenerla ahí y que no se esfume. Comer. Lamer. Follar.
Tengo ganas de decir las cosas claras. Ahora me iré a sudar cuanto pueda corriendo en una máquina mientras oigo música heavy a volumen infernal, hasta que me muera si no paro y respiro, hasta que encharque mis ojos y mis pies y todo me dé igual.

He sido tan feliz contigo. Es cierto, he sido tan feliz contigo...aunque dudo si tú lo has sido conmigo. Tengo los recuerdos colgados de la habitación. Y soy infeliz, infinitamente, es la realidad, no te tengo, creo que no te he tenido nunca de verdad. Cómo dos cosas tan distintas pueden convivir, pero lo hacen. Soy la mitad de la persona que debería de ser. Se me derrama el amor, se me derrama, y las ganas, y los sueños.
No puedo olvidarte, te he hecho demasiadas veces el amor, aunque no hayan sido tantas. Te he mirado demasiado profundamente a los ojos, y he visto lo que allí hay, y habrá toda la vida, porque tú eres tú y no puedes cambiar, como yo tampo lo hago, aunque ahora sea más dura, más fuerte, aunque ahora sea más sombra de lo que lo he sido nunca. He probado otras bocas, otras ansias, otros abrazos...y al final siempre he vuelto a tí. A tí. Porque eres eso, mi vuelta, mi eterno retorno, porque no puedo volver a otra persona que no seas tú, porque sólo tú me tienes, porque no he pertenecido nunca a ningun sitio pero ahora soy tuya, mi hogar eres tú.
Lo mejor que he hecho en mi vida ha sido mirarte mientras mis manos te hacían elevarte en un orgasmo. Ésa mirada ida tuya entonces, esos gemidos, esa luz pura, ése sentir tu cuerpo mío, mi nombre escapado de tus labios...x todo sería capaz de matar. Podría morirme ahora, e infeliz como soy, morir feliz, ya sólo x haber vivido éso, contigo.

Lo cierto es que tú no tienes la culpa. Yo te he elegido. Mi corazón. No hay más que decir. No tengo ni puta idea de cuando te voy a volver a ver. No sé si pasaremos la vida entera juntas o no. No sé si me amas, si me quieres mucho o poco, si me odias. No sé quién eres que has esclavizado mi alma con tu sonrisa y tus ojos. No sé quién era antes de conocerte, no sé quién después. Me importa una jodida mierda lo que piense la gente, ya me llamaron mucho hija de puta hace tiempo como para que hoy me importe que me digan gilipollas. Ni siquiera, lo que pienses tú de mí. Las puertas del infierno siempre están abiertas. Yo soy yo, y aquí y ahora, en mi existencia, tengo una única cosa clara, que no me he equivocado contigo, pase lo que pase.

Jamás me rompí tanto. Jamás he sido más libre que ahora.