La cafetería estaba vacía, llena de nada, ella sóla era nada, y bastaba su presencia única y reencarnada en soledad líquida para vaciar toda la estancia y volver a cerrarla de vacío, sólido, puro, un agujero negro que envolvía su alma y se consumía a sí misma y a todo lo que la rodeaba. Lo sé muy bien, porque era yo, y ya no lo soy. Porque ésta, es mi historia. La historia de un día. Un único día que concentró mi vida en el resumen de mi existencia.
Los vasos salían calientes del lavavajillas. Alguno se me escurría de las manos al querer secarlos con el trapo que tenía como simple razón de ser aquella; era como si aquellas gotas fueran lágrimas y la tela alcohol, y al cristal le escociera como le escuece a la tristeza las palabras de amor que se rompen, los besos que se retuercen en la mentira, los sueños compartidos que un día, niegan hasta que un día acaso se pensaron, resbalando por el segundero del relog.
Yo los sujetaba con firmeza, como te sujetas el temblor del alma que se te traspasa a cada rincón del cuerpo cuando tomas tus brazos y te abrazas, porque no tienes otros que lo hagan por tí. la misma firmeza con que encierras en tu memoría los recuerdos de lo que hasta ayer era el brillo de tu felicidad, resplandeciente, atrevida, fuerte. Y ahora sólo es una sombra, una sombra que duele, y quema helándote las venas, cada vez que tus ojos miran a tu interior, y se detienen.
Me llevé una mano a las cejas, estaba demasiado cansada. No tenía trabajo detrás de la barra y no tenía nada que hacer fuera de ella. No se puede vivir sin ilusión, y matarla es el peor crimen que se pede cometer sin derramar una gota de sangre; la ilusión sólo se pierde cuando te das cuenta que es inhumanamente insoportable ser humano, sentir, tener corazón, porque hay cosas que no pueden pasar, que no debieran ni existir, y te pasan a tí. Un corazón no debería de partirse nunca, porque jamás deberían de abandonarlo cuando se entrega hasta su último suspiro de lucha y fé, hasta la última gota de amor, que en un instante que puede resultar eterno y como un no, negar en un segundo todos sus sueños y memorias, en una lágrima.
A mí me habían dejado.
La que hasta hace unos meses era mi universo, lo había destrozado todo una tarde que ya ni recordaba dónde habíamos quedado, para negar todo lo que mi ser sabía que había sido verdad, sus besos, mis casricias, nuestra unión, y dejar un charco empantanado en el suelo, el de mi ser esparcido en pedazos que ya no eran nada sin la ilusión, sin lo que le daba sentido a una vida que nunca he dudado de querer vivir intensamente. Ella.
A veces me imaginaba que en las sillas vacías, pero llenas de mi nada, la nada que me salía por todos los poros y se derramaba por el aire, charlaban y me miraban personas invisibles que me comprendían y asentían extasiados mis reflexiones, y enfurecidos por la terrible injusticia de mi suerte golpeaban airados con un puño la mesa, y tal vez alguno de ellos, clientes transparentes y mudos y muertos como yo en nuestra inserbilidad abandono de los demás, se levantaba y salía a grandes zancadas por la puerta, para buscar la fuente de mis males y darle dos ostias bien dadas, decirle que la vida daba vueltas y mañana puede ser que la duda te coma viva y te arrepientas de haber desperdciado lo que un día fue sólo para tí, el alma entera que movía los vientos por tu mirada, para darle dos ostias y ponerle una pistola en el pecho para que no se fuera, para que no te dejara sola, contigo y la desesperación de verla cometer quizás uno de los mayores errores de su vida.
Cada vez que matamos un sueño, asesinamos una parte de dos almas, la que lo soñó, la que se dejó soñar, la que se dejó amar y ya estaba aprendiendo.
Abrieron la puerta. Entró alguien. Sí, entró ella. me pidió una cerveza, y yo se la puse. hay un axioma que dice que nunca digas que nada puede ser peor porque en ese preciso momento, algo impensablemente malo empezará a forjarse en tu destino, y cómo no, sucederá. Hay otro que dice que a veces ocurre aquello en lo que en realidad no crees, y quieres creer, e incluso quieres creer que crees, pero no crees en absoluto, y eso pasa muy frecuentemente. Éste es mío.
¿Qué hacía ella allí? mi cara estaba blanca, mis pulsaciones a mil, mi mente a la velocidad del infinito. Acerqué una mano para tocarla, cerciorarme de que en verdad por alguna extraña y sádica o esperanzadora razón estaba allí...y no toqué nada. Parpadeé, continuaban los mismos fantasmas, la misma humedad viciada de mi melancolía. No era mi axioma, era mi imaginación traviesa, rebelde, gilipollas. ¿Nunca has pensado que si te imaginas algo, y llegas a pensar que es reall, se volverá verdad y pasará?, corres peligro de volverte loca, además es altamente masokista y no sirve de nada, pero las sombras de las sillas con espíritus se riyeron y yo no, o sí, en el fondo, de mi estupidez, de las injusticias.
Lo que crees con el alma no te puede fallar, y no lo hace, pero tampoco se puede dejar de cumplir.
En una hora pueden hacerse todas las reflexiones profundas que caben en una vida, y que se hacen de diferentes formas a lo largo de toda ella, puedes llegar a entrar en el sentido o en su carencia en toda ella y en tí, que no es lo mismo aunque vayan juntos, y diseccionarlas enteras con la precisión de un cirujano con un bisturí, rápido, concreto, certero. Un hora. O un día. El tiempo es algo relativo, en realidad no existe, los segundos son una invención, un ejemplo más del materialismo humano, los relojes son máquinas que mienten usando agujas, que dicen que 5 minutos son 5 minutos, cuando a lo mejor son una puta o bendita eternidad. Los relojes matan el tiempo, vuelven tangible algo que no existe, que no se puede tocar, y todo lo que es suceptible de medir tiene fin. Quizás por eso el amor sea algo abstracto, y no haya aún amorímetro que nos lo asesine, sólo personas que asesinan a sus enamorados.
La quiero. la odio. Me siento sola. Sueño. Vivo. No tengo ilusión. Este cuarto está tan vacío...Eran frases que incluían todos los años vividos en mi piel, todo lo que incluye. te necesito, tengo miedo, las cosas cambian. Todo eso es cierto, siempre. Son como las fases de de la luna que siempre nos recorren. No es una gran historia, es cierto, ¿sabes porqué? porque ella no vino, y es una historia normal, porque es mi historia y a lo mejor la tuya, y yo soy una persona normal. Y las grandes historias necesitan algo más que recuerdos. necesitan que haya felicidad o drama, tragedia. yo estaba resignada a mis vasos, y ella no apareció por la puerta, arrepentida de haberme alejado tan lejos de su cuerpo. Sólo tomé una botella de JB y la apuré, justo antes de cerrar. Sólo bajé a la playa en mi moto y lloré por ella. me reí de mí y me compadecí. Me rebelé contra el origen mismo de la existencia y pensé que no todo era tan malo. Lloré y me serené. Soñé y me sentí frustrada. Recordé y me sentí saciada de todo. Volví a llorar desgarrándome y ni siquiera me maté, sólo pisé el acelerador y volví del anochecer en la marea a la madrugada de mi cama. Y ella no volvió. Y yo no la olvidé. y aún alargo la mano, a ver si esta vez la toco...y tantas cosas, que hacen que un día, sea la imagen de los anteriores y los siguientes, que encierre lo esencial, ?sabes qué? la humanidad extraña que nos envuelve, que nos hace ser como somos, y hace que ella no vuelva y que tu la esperes, que aparezca o que se vaya, que te quedes o que te marches, que seas feliz o que te hundas. Que sueñes o te rindas. Todos los días son iguales porque todos los días vives, y cambia un milímetro más el universo, que te queda. Es una historia. Extraña, sí. ¿Acaso hay algo, realmente, que no lo sea?.
Todavía la espero.
hola. acabo de encontrar esta pagina como de la nada. e leido cada pedaso de tus pensamientos, y debo decir k es como si te conociera en verdad. es como platicar conmigo mismo...nunca abia escuchado de esta pajina,bucaba imagenes en google y me llamo la atencin lo de abajo de ese dibujode... suÑos.al parecer tambien ami me gusta escribir y lo k estaba haciendo hace unos momento era escribir un blog en myspace pero no se k paso k llegue aki. kien eres? habla ahora o calla para siempre.
Escrito por Efren Aguilar a las 29 de Octubre 2007 a las 11:26 AM